En pleno debate sobre el papel de los Mossos d'Esquadra y la seguridad del 21 de diciembre, el conflicto entre los agentes y el Departamento de Interior sube de tono. Una treintena de Mossos y representantes de todos los sindicatos están encerrados ena la Consejería para reclamar mejoras laborales. Dicen que están hartos que no les hagan caso.
La protesta se ha extendido a la calle, donde centenares de agentes han decidido presionar primero en la Gran Vía y, después, en el Paseo de San Juan.
Esta mañana les habían convocado a una reunión, la segunda parte de la que se hizo el miércoles al atardecer en Economía. Pero, según los sindicatos, al cabo de unas horas los representantes del Departamento se han levantado de la mesa sin ceder en nada y ellos han decidido quedarse indefinidamente.
Los sindicatos dicen que no marcharán hasta que obtengan un compromiso para recuperar las pagas extras y consigan la igualdad con los Bomberos, como está pactado desde hace años.
Los ánimos están calientes y el portavoz del sindicato de policía, David Miquel, insinúa que la situación puede pasar factura el día del Consejo de Ministros.
