La crisis de la Covid-19 condena a más gente a vivir en la calle

Arrels Fundació denuncia un aumento de sintecho que no disponen de tests para poder determinar si están contagiados o no
Sin techo

La crisis del coronavirus dejará más pobres,y esta pobreza ya se empieza a notar. Beatriz Fernández, jefa del equipo jurídico de Arrels Fundació, afirma que aumentan los sintecho en Barcelona. Fernández explica que "tenemos un equipo de calle que funciona todo el año y que conocen a los sintecho, y ahora hay gente que los encontramos y que no los conocemos. Muchos de ellos tenían trabajos muy precarios que han desaparecido y vivían en pensiones o habitaciones que han cerrado. Es un hecho, después de la crisis habrá un aumento importante de la gente que vivirá en la calle".

Algunas de estas personas precarizadas están ahora en las instalaciones abiertas por el ayuntamiento de Barcelona, como por ejemplo al Pabellón 7 de la Fira de Barcelona donde se han habilitado unas 500 camas y servicios de higiene. Pero el problema vendrá cuando se levante el estado de alarma y se cierren estas instalaciones, Beatriz Fernández explica que "la gente volverá a la calle porque no tiene otro lugar donde ir".

El pabellón habilitado por el consistorio también está en el punto de mira de Arrels, que critica que no han tenido en cuenta las diferentes condiciones de las personas sin techo. Fernández dice que "entendemos que es muy complicado pero por lo que nos dicen los usuarios es una nave demasiado grande y se sienten desprotegidos. También que si entras no puedes volver a salir y sobre todo que tienen miedo del contagio".

Una de las críticas es la falta de protocolos para saber si un usuario está o no infectado, puesto que la responsable jurídica de Raíces afirma que "cuando entran en la Fira se les toma la temperatura, pero en cuanto a la calle no se está haciendo ningún test". La falta de pruebas del coronavirus es uno de los problemas a que se enfrentan las personas que viven en la calle.

Según explica Beatriz Fernández, "hay muchos que no saben reconocer si están enfermos o no y si no lo sabemos, no les podemos tratar. De hecho es una de las demandas que hacemos. Ni en los centros que tenemos, una residencia de 24 horas para gente que ya tiene la salud muy deteriorada, ni los voluntarios que tratan con los sintecho en las calles tienen los tests para determinar si hay gente viviendo en la calle y contagiada. No se puede controlar".

En las calles de Barcelona viven 1.200 personas guarecidas en portales, entradas de banco o a la misma calle. Son personas sin techo que, en estos tiempos de confinamiento, se hacen visibles. Y es esta visibilidad la que los trae más problemas. Arrels denuncia que los sintecho han sufrido sanciones por incumplir el confinamiento por parte de Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana, maltratos de los vigilantes de seguridad de centros comerciales o la estación de Sants y desprotección ante los abusos.

La Fundación asegura que ha constatado que la violencia física contra los sintecho ha aumentado en un 40%, y que desde que empezó la pandemia se tiene que lamentar la muerte por agresiones de tres personas que vivían en la calle.

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