Víctor Font corre muchos riesgos con una propuesta fuera de la ley

El aspirante a presidente del Barça quiere pedir que los estatutos incluyan el voto electrónico, aunque la ley no lo prevé y la reforma tardará un año
Víctor Font

Víctor Font, el socio del FC Barcelona que hace más de un año anunció su intención de presentarse a las próximas elecciones a la presidencia del club, quiere convertirse en el protagonista de la próxima asamblea, fijada para el día 6 de octubre, presentando una propuesta para el uso del voto telemático cuando se vuelvan a abrir las urnas. La maniobra comporta riesgos, sobre todo porque, como es habitual en cada paso adelante de su precandidatura, se hace más patente la constante del desconocimiento del mundo real azulgrana, e incluso del legal, como en este caso.

Cuando falta poco menos de un mes para la asamblea, no está claro que su propuesta sea estatutariamente posible ni tampoco se ve claro que pueda intervenir, si no es que lo hace suplantando la identidad de un socio compromisario. La normativa asamblearia no lo admite, salvo que excepcionalmente la junta lo permita, con el riesgo que cualquier otro socio pueda impugnarla por este motivo.

La principal traba para incluir el voto telemático en los estatutos es que ahora mismo la ley catalana del deporte no sólo no lo recoge, sino que exige que el voto para la elección de junta directiva sea presencial. A pesar de que es cierto que la Generalitat tiene previsto aprobar una modificación que lo haría viable si, en su momento, lo aprobara la asamblea, el trámite parlamentario de esta reforma sitúa una eventual aprobación del voto telemático no antes del otoño de 2020. Por lo tanto, la asamblea no podría incluir un cambio en los estatutos no previsto por la ley.

Si, por el contrario, lo que Víctor Font eleva como propuesta es sólo hacer un debate asambleario intrascendente o bien que se utilice la opción de una participación telemática para hacer consultas puntuales a los socios, esta posibilidad ya se prevé actualmente y, de hecho, fue empleada en tiempo del presidente Joan Gaspart para ratificar el nombre de Camp Nou del actual estadio azulgrana.

En cualquiera de los dos supuestos, la propuesta no tiene sentido ni eficacia legal aunque se mantenga y se presente por escrito a la asamblea aquello que ha prometido ante la prensa. Por supuesto que podrá acaparar la atención mediática. Otra cosa es que esta acción estratégica lo pueda llevar a hacer un papel lamentable ante la masa social. Sus mismos asesores saben que hay otros motivos, especialmente derivados de los riesgos económicos, para emprender acciones en defensa de los intereses del club y no sólo para hacer de agitador, un estilo que en principio no parecía cuadrarle a Víctor Font.

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