La auditoría del ‘Barçagate’ sale positiva aunque no lo aclara todo

El informe dice que nadie ha metido la mano en la caja como sugería Emili Rousaud
Bartomeu

Meses de investigación y de autoría no han servido para saber mucho más del que ya se conocía alrededor del  Barçagate cuando explotó en su día, provocando un doble gasto de análisis sobre un caso que al fin no ha hecho más que reflejar la improvisación y la dinámica errática de la directiva y de su equipo ejecutivo.

La certeza que un alto cargo del FC Barcelona, Jaume Masferrer, contrató los servicios de I3Venture para la monitorización de las redes sociales no ha supuesto ninguna novedad. Sí que lo ha sido que el encargo no incluyera la investigación de indicios de la creación de cuentas anónimas para influir en las redes sociales sobre aspectos y cuestiones que a la Junta no le daban ventaja.

Precisamente la batalla en las redes estaba perdida desde hace años y se supone que la inversión a I3Venture , a través de varias sociedades y ocultando los pagos al tesorero de la directiva mediante facturas fraccionadas por debajo de 200.000 euros tenían como propósito recuperar terreno.

El Barça, pero, no se lo ha preguntado a PriceWC por la sencilla razón que no quería conocer la respuesta, limitándose a saber si contra las facturas emitidas y pagadas existía una justificación en material y servicios prestados equivalentes y a precio de mercado.

La respuesta es tranquilizadora desde este punto de vista, nadie ha metido la mano en la caja como sugería Emili Rousaud y se ha corroborado el resultado del primer informe de Compliance , de su jefa y responsable, Noelia Romero, que fue apartada de su puesto suspendida provisionalmente de sueldo y trabajo.

Sobre la posibilidad de haber promovido el juego sucio en las redes en contra de la oposición y de determinadas actitudes y comportamiento de algunos profesionales es una pregunta que queda respuesta por la misma ausencia de interés a averiguarlo y, si procede, asumir las responsabilidades correspondientes.

El principal señalado, Jaume Masferrer, fue apartado de su cargo como responsable del área de presidencia, aunque ha mantenido su retribución íntegra. Ahora es posible que siga apartado con condiciones pero no por haber causado una pésima imagen a la junta sino como represalia del conjunto de los directivos que se han sentido maltratados e ignorados por su soberbia, arrogancia y, según los afectados, enorme incompetencia.

Finalmente, pues, no pasará nada grave ni nada que cambie el estado de cosas, puesto que los datos son, para la Junta de Josep Maria Bartomeu, mejores del que se esperaba y capaces, desde su interpretación de cara a la opinión pública, de limpiar parte de la mucha porquería que el Barçagate le echó desde fuera y desde dentro.

Otra cosa es que el desenlace, tardío, incompleto y epidérmico, deje sobre todo sombras y sospechas que tampoco desde el club se ha pretendido llegar hasta el fondo del asunto.

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