Josep Maria Bartomeu se va dando un fuerte portazo contra la Generalitat acusando los diferentes departamentos de Salud, Presidencia, Acción Exterior e Interior de "irresponsables" y de haber actuado contradictoriamente y discriminadamente en materias de salud y protección de los socios barcelonistas.
Después de anunciar su dimisión y la de toda la junta ha comparecido justificando la decisión como resultado de no poder convocar el voto de censura con plenas garantías de seguridad sanitaria para los socios del FC Barcelona por culpa de las trampas puesto desde la administración. Ha citado incluso el desorden informativo de la Generalitat durante el día como un reflejo de este estado de alarma azulgrana, inquietante y de inseguridad de cara a darle cobertura a los socios entre tanta confusión y desorden. Ha insistido también en las informaciones en direcciones contrarias desde la plaza de Sant Jaume que por un lado prevén nuevas medidas de limitación de interacción social y de movilidad, incluso nuevos confinamientos, mientras se autoriza la concentración de más de 30.000 socios en el Camp Nou.
La alusión al acoso político recibo por parte de las fuerzas independentistas lo refuerza Bartomeu con la denuncia de amenazas a él y a su familia y a la misma directiva como resultado de una campaña organizada desde intereses políticos para echarlo del palco de Camp Nou.
Antes de marchar, anuncia que el FC Barcelona puede ser uno de los clubes invitados a participar en la Superliga Europea, la alternativa a la Champions Liga, así como al nuevo formato de Mundial de Clubes, también como miembro líder de competiciones que, ha dicho, garantizarán la sostenibilidad del club.
