Nuevo quebranto en el sector cooperativo de Cataluña. La caja rural de Tivissa (Ribera de Ebro) se ha declarado en pre-concurso de acreedores y los socios se han encontrado con las cuentas bloqueadas. Una auditoría de los años 2017 y 2018, encargada por la junta rectora de la entidad, ha descubierto un agujero financiero de 1,1 millones de euros.
La crisis de la caja de Tivissa se destapó a finales del mes de marzo, a raíz del suicidio de su directora, de 59 años, que llevaba toda su vida trabajando en la entidad. La junta rectora ha denunciado los hechos a los Mossos d'Esquadra para que investiguen las irregularidades detectadas en las cuentas y su origen.
Esta es la sexta caja cooperativa que revienta en los últimos años en las comarcas tarraconenses. Los casos más sonados, por el elevado número de damnificados, fueron los de l'Aldea y Cambrils, pero también se han visto afectadas las de l'Aleixar, la Canonja y Vila-seca, que han acabado cerrando las puertas.
En Cataluña hay unas 70 cooperativas agrícolas que tienen sección de crédito. Su tutela corresponde a la Generalitat, que en 2017 aprobó una ley para controlar mejor a estas pequeñas entidades financieras. Pero la crisis de la de Tivissa, con el dramático final de su directora, ha vuelto a disparar las alarmas sobre este sector.
