Las entidades sociales de Badalona han conseguido un local para acoger a quince personas desalojadas del antiguo Instituto B9 y evitar que todas tengan que dormir al raso. El portavoz de Badalona Acull, Carles Sagués, ha explicado que el Casal Antoni Sala i Pont servirá como alojamiento temporal durante «unas cuantas noches», mientras el resto del grupo continúa bajo un puente de la C-31 con el apoyo de voluntarios que ofrecen comida y ropa de abrigo.
A lo largo del día se han explorado otras opciones con Cáritas y el Arzobispado, pero de momento sin éxito. Paralelamente, CCOO ha ofrecido un inmueble para almacenar alimentos y ropa, y para que los afectados puedan cargar los teléfonos móviles, mientras que Cocineras por la Paz centralizará a partir del domingo las comidas para garantizar comida caliente. Según Sagués, el Ayuntamiento de Badalona «no ha cedido nada ni ha dado ninguna ayuda», una afirmación que contrasta con la posición del alcalde, Xavier García Albiol, que defiende priorizar los servicios sociales para vecinos de la ciudad.
A pesar de la falta de soluciones institucionales, las entidades destacan una «gran solidaridad» ciudadana, con aportaciones constantes de alimentos y apoyo. Vecinos como Jimena Silva han criticado lo que consideran un discurso de «deshumanización» y han animado a la población a ofrecer ayuda directa, mientras profesionales de la educación alertan del impacto del desalojo en personas vulnerables, especialmente migrantes sin recursos ni acceso estable a servicios básicos.

