La presidenta del grupo municipal de Barcelona en Comú, Janet Sanz, se ha despedido del plenario del Ayuntamiento de Barcelona después de 14 años como concejala. «La anomalía es no querer dejar la política», ha afirmado en su último discurso, en el que ha recordado la entrada en el consistorio en 2011 con Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) y el papel central asumido a partir de 2015 durante la alcaldía de Ada Colau. Sanz ha asegurado que se va «satisfecha, llena y con la conciencia tranquila» después de haber tenido el «privilegio de repensar y rehacer» la ciudad.
Durante sus mandatos, Sanz ha destacado especialmente la responsabilidad en el área de Ecología, Urbanismo y Movilidad, desde donde ha defendido un urbanismo que «combina la justicia social y la salud». En este ámbito ha reivindicado proyectos como las superilles, la limitación de nuevos hoteles, la suspensión de licencias de pisos turísticos y la conexión del tranvía, una actuación que ha reconocido que le hizo «sudar». También ha hecho un llamamiento a «no tener miedo al conflicto» y a incomodar cuando es necesario para transformar, advirtiendo de que la ciudadanía «está cansada de promesas».
El alcalde Jaume Collboni ha reconocido «la valentía y el coraje» de Sanz y ha asegurado que su etapa urbanística «marcará una época», prometiendo culminar la conexión del tranvía. Con su salida, la presidencia del grupo municipal de Barcelona en Comú pasará a Gemma Tarafa, mientras que Marc Serra asumirá la portavocía y entrará como nueva concejala Tania Corrons, reforzando el relevo en el grupo municipal.
