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«En realidad, el oficio más antiguo del mundo es el proxenetismo»

Mabel Lozano

Directora, guionista y productora. Se declara «portavoz» contra la explotación sexual de las mujeres y niñas. Ganadora dos veces del Goya, con Biografía del cadáver de una mujer y Ava. También es autora de El proxeneta. Ahora sale en las librerías Ava en versión impresa (editorial Alrevés).

¿Por qué Ava? ¿Quién es Ava?

Ava es una niña. Una menor que es adoptada en Colombia por una mujer española, ingeniera, extraordinaria. La acoge y la acompaña, sin juzgarla. Porque acompañar es permanecer sin sentenciar. Es una novela, ficción, pero basada en una historia real, con la que gané el Goya de 2024. Como era un corto dejaba muchos interrogantes. Con la novela se narra toda la historia, desde el principio. Una historia muy dura, pero maravillosa.

¿La prostitución, desde el origen de los tiempos, ha sido esencialmente lo mismo? ¿En realidad sólo varían las maneras de ejercerla, urbi et orbi?

En realidad, el oficio más antiguo del mundo ha sido, siempre, el proxenetismo. Los hombres siempre, siempre, siempre, han vendido a las mujeres. La prostitución ha sido una forma de violencia de género de las más brutales. Una de las violencias más normalizadas, permitidas, consentidas, haciendo ver que es lo mismo de toda la vida… Siempre ha existido por la precariedad, la necesidad y la falta de alternativas para las mujeres. ¿Cuándo se acabará esto? Se dice que una mujer, en libertad, lo escoge. Bien, puede hacerlo. Pero es algo muy subjetivo, y no es así en la mayoría de los casos. ¿Cuál es la cara de la prostitución en nuestro país? Colombianas, rumanas, venezolanas, paraguayas, nigerianas… No hay mujeres europeas. ¡Qué casualidad! No hay mujeres con carreras. La mayoría son muy jóvenes y con hijos a cargo.

Esto, salvando las distancias, coincide con el origen de muchos de los trabajadores que realizan las tareas que no nos gustan…

Sí, son los que recogen los tomates, la fruta…, pero no están en cautividad. Las mujeres sí. Las mujeres están prisioneras en los pisos y en los clubes. No pueden salir de los lugares donde están siendo explotadas. No es lo mismo estar picando una zanja quince horas, aunque sea muy duro, que te violen durante quince horas. La violencia que se ejerce contra las mujeres que ejercen la prostitución es inconmensurable.

¿Por qué es tan conflictiva la cuestión de la abolición de la prostitución? Hay quien dice que cada una es propietaria de su cuerpo y hace con él lo que quiere…

La palabra libertad da para mucho. En este momento, la mayoría de las mujeres que están siendo objeto de tráfico sexual son colombianas. Si estas mujeres hubieran tenido una opción, en libertad, ¿habrían dejado su país, sus hijos, para venir a un piso para que las violaran, las maltrataran veinte hombres al día, de domingo a domingo? La libertad, claro está, entronca con la precariedad, la necesidad, la falta de alternativas. ¿Qué libertad puede haber cuando ves que no puedes dar de comer a tus hijos? Libertad, que cada uno haga con su cuerpo lo que quiera, es lo que dicen muchas que, claro, no están en la prostitución. Son políticas, periodistas, abogadas…

Después de tantos debates sobre la ilegalización, la tolerancia, los ojos grandes… respecto a la prostitución, ¿en qué punto nos encontramos en España?

Estamos en la nada. No hay voluntad política. Estamos en la charla. No hay una ley integral contra el tráfico, por ejemplo. No todas las caras del proxenetismo están condenadas, lo que sólo implicaría una simple reforma legislativa. La prostitución no es un delito en ningún lugar del territorio español. También está el hecho de que los chicos están viendo pornografía a edades cada vez más jóvenes, con lo que están llegando a la prostitución a partir de los veinte años. La pornografía es un incentivador de la prostitución.

¿Pasa lo mismo y de la misma manera en todos los países?

No. En Europa hay muchos países que son abolicionistas. Los países nórdicos lo son. Francia es el último país europeo abolicionista. En Nueva Zelanda la prostitución está despenalizada… Las legislaciones son múltiples. También hay países regulacionistas, como Bélgica, Holanda y Alemania.

Cuantificas en tu libro en 160.000 millones de euros al año la cantidad que genera el negocio de la prostitución, a escala global…

Una cifra sólo comparable a la del narcotráfico. Por encima de eso sólo está el negocio de las armas, casi al mismo nivel que el narcotráfico. Y pasa que muchísima gente no tiene ni idea de que esto esté pasando. Y pagar a una prostituta le parece tan normal como irse de botellón. En muchos casos, la prostitución está prácticamente escondida, en pisos. La captación se hace ahora a través de las redes sociales, y la mayoría van a pisos. Aquí no pueden entrar la Guardia Civil y la policía, porque necesitan una orden judicial. Y añadido a todo esto hay, por descontado, mucho tráfico de droga al por menor.

¿Se ha producido en la prostitución una evolución similar a la de la economía, como la globalización, la especialización, las cadenas de valor…?

La prostitución es un ecosistema. Si a alguien se le ocurre, por libre, poner a cuatro mujeres rumanas en la esquina de la calle ejerciendo la prostitución, al día siguiente aparecen algunos a ver qué pasa; otros ponen una tienda de lencería, y otros venden bocadillos o preservativos… En nuestro país entran por vía aérea, o terrestre, muchísimas mujeres que serán explotadas. Todo un negocio, en fin, de gran volumen financiero, que depende de un montaje que está al mismo nivel que el narcotráfico. Hay redes nacionales, transnacionales, locales… Nosotros no somos un lugar de extracción de víctimas de tráfico, sino de tráfico y explotación. Los hilos los mueven redes de delincuencia transnacional. Después están, en España, los españolitos dueños de los puticlubs, que también montan pisos, chalets…

¿El papel de internet, de las redes sociales, que también citas en tu novela, está modificando, a peor, el ejercicio de la prostitución?

En mi novela hay unos proxenetas muy nuevos, no los de siempre. Proxenetas 2.0, que utilizan las redes sociales para captar mujeres, para extorsionar a puteros… Están creando plataformas para subir contenidos a la red, para explotar a las mujeres a través de las webs. La prostitución en la calle es residual. Estos proxenetas 2.0 captan a las mujeres, pero también extorsionan (sextorsionan) a los prostituyentes. Estamos en otra pantalla…

¿Hay gente en la cárcel, juzgada, relacionada con los negocios de la prostitución, o más bien tienden a pasar inmunes por las vías penales?

La cosa sigue porque la prostitución no es un delito. Sí lo es el tráfico, pero las mujeres que deberían declararse víctimas no lo denuncian por miedo, por amenazas y porque, en realidad, no les sirve de nada. Hay casos de mujeres asesinadas por haber denunciado ser objetos de tráfico. Tienen miedo por ellas, por sus hijos.

¿Dónde se encuentra la resistencia a este estado de cosas, en algunos partidos, asociaciones, aparatos judiciales o de seguridad…?

Se encuentra, en su conjunto, en la ciudadanía. Cada vez se es más consciente de ello, hay más voces que se levantan, denuncian… Al final, esto va generando un debate, una reflexión… Hace veinte años, cuando yo empecé a preocuparme por estos temas, me sentía prácticamente sola. Ahora no.

¿La violencia inherente a la prostitución tiende a incrementarse, a registrar episodios cada vez más sórdidos, o prefiere, por el contrario, esconderse, matarlas callando?

Hay mucha violencia, porque es un negocio que genera mucha pasta y en negro, claro. Hay represión, intimidación a las mujeres y guerras entre clanes y facciones. Además suele estar vinculado a las mafias, las drogas…

Es un clásico de la movilización de la prostitución, a escala europea, lo que genera un evento ferial que se celebre en Barcelona. ¿Forma parte la prostitución el llamado turismo de negocio y actividades afines?

¡Imaginate! Ocio, negocio y divertimento… La prostitución se beneficia de la pobreza, de las ferias, de los eventos deportivos… Tenemos bebida, pues por qué no mujeres…

¿Y qué pasa con la prostitución masculina, si es que se puede llamar así?

La prostitución de hombres es para hombres, también. No tratan tan mal, con tanta violencia, a los hombres. Hay muy pocos casos de tráfico sexual de hombres. Los hay, sí, pero de carácter laboral.

¿En qué lectores has puesto el foco con Ava?

He escrito el libro esperando llegar a los más jóvenes. Durante años he hecho un trabajo muy endogámico, con mujeres… Ahora tengo claro que hay que llegar a los jóvenes, no para aleccionarlos, sino para contribuir a que tomen conciencia de las cosas.

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