La Federación Catalana de Fútbol (FCF) vive una profunda crisis de credibilidad y de honorabilidad desde hace dos años, a raíz de las últimas elecciones celebradas para designar a la junta directiva de la entidad. Según una investigación de los Mossos d’Esquadra, librada a la titular del juzgado de instrucción n. 2 de Sabadell, el actual presidente de la FCF, Joan Soteras, y su “núcleo duro” de colaboradores urdieron la falsificación de firmas de muchos representantes de clubes catalanes para poder ganar las elecciones.
Joan Soteras y ocho directivos de la Federación están imputados por estos hechos. Además, la comisión de Deportes del Parlament también ha abierto una investigación sobre este presunto pucherazo y ha citado a los principales responsables de la FCF y de la conselleria de Deportes para que comparezcan en la Cámara y den explicaciones.
El ambiente está muy caldeado y hoy es un día clave. El pasado 19 de noviembre, un total de 441 clubes de Cataluña presentaron a la Federación -y también a la Secretaría del Deporte de la Generalitat, al Consejo Catalán del Deporte, al Consejo Superior de Deportes y a la Real Federación Española de Fútbol- una petición para que se celebre una asamblea extraordinaria de la FCF, con un único punto al orden del día: la convocatoria de unas nuevas elecciones, limpias y transparentes, a la junta directiva.
Según los estatutos de la Federación, el número mínimo de firmas para pedir una asamblea extraordinaria es del 15% de los clubes, es decir, 190. Los 441 clubes firmantes de esta petición superan el 32% del censo de 1.371 clubes federados. Por lo tanto, no debería haber impedimentos legales para convocar esta asamblea extraordinaria.
Pero Joan Soteras, un empresario jubilado que se embolsa cada mes 10.000 euros como presidente de la FCF y vicepresidente de la española, se resiste como un gato panza arriba. No quiere convocar la asamblea extraordinaria y ha intentado todo tipo de tretas para impedirlo.
Por ejemplo, ha exigido que los 441 firmantes de la petición libren, en un plazo de 48 horas, su DNI a la Federación para verificar que su identidad es correcta. En caso contrario, su firma será considerada nula.
Ante esta provocación, ha habido una reacción contundente. A pesar de las dificultades para hacerlo, más de 300 representantes y presidentes de clubes han vuelto a dar su DNI -que, por otro lado, ya consta en los archivos de la Federación- y, por lo tanto, la petición de la asamblea extraordinaria continúa siendo válida.
Joan Soteras continúa negándose a cumplir los estatutos federativos y esta mañana ha convocado una rueda de prensa. Hoy es el día que vence el plazo para proceder a la convocatoria de la asamblea extraordinaria. El abogado Daniel Vosseler y el presidente de la Asociación Transparencia y democracia en el deporte, Miguel Galán, están asesorando a los clubes rebeldes y estarán muy atentos a las palabras de Joan Soteras. Se juega una querella criminal por prevaricación.
También la Generalitat, a través del consejero de Deportes, Berni Álvarez, está siguiendo muy de cerca los acontecimientos. La Federación Catalana de Fútbol depende orgánicamente del Consejo Catalán del Deporte.