Los equipos de calle de los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona han detectado 1.784 personas durmiendo en la calle en noviembre, casi un 33% más que en el mismo mes del año pasado, cuando se contaron 1.343. Según ha avanzado Betevé, en comparación con octubre pasado, el crecimiento es del 12,84%, ya que entonces había 1.581 personas pernoctando en el espacio público.
Por otro lado, esta madrugada más de 600 voluntarios han participado en el recuento que organiza Arrels Fundació en la capital catalana. La entidad ya ha alertado de que la previsión es que el recuento actualice al alza la última cifra de la que dispone, de 2023, cuando ya fue la más elevada de todas las registradas, con 1.384 personas durmiendo en las calles de Barcelona.
Según Arrels, el incremento de personas que duermen en la calle en los últimos años está marcado por la crisis de la vivienda y la precariedad laboral, una problemática que se ha acelerado en los últimos meses: «Desde el mes de junio se han producido desalojos en asentamientos y en el espacio público», lo que ha producido que las personas desalojadas se hayan movido a espacios «donde habitualmente no había personas durmiendo en la calle».
La entidad confía en que este registro sea un primer paso para poder aplicar medidas y abordar la problemática en su conjunto: «Sin un dato es difícil establecer la estrategia de qué recursos son necesarios», ha señalado la directora de Arrels, Bea Fernández.

