La Unión para el Mediterráneo (UpM) se ha reivindicado este viernes como un «instrumento útil» para la paz tras sentar a Israel y Palestina en la misma mesa en la reunión ministerial de la organización en Barcelona.
Por primera vez en dos años, Tel-Aviv ha enviado a la embajadora en funciones de Israel en España, Dana Erlich, a la reunión, donde también ha participado la ministra del Estado de Palestina, Varsen Aghabekian. Para el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, el hito demuestra que «el diálogo» es «la manera de avanzar» en la resolución del conflicto. «Es esperanzador», ha dicho este mediodía durante la rueda de prensa posterior al 10º foro regional de la UpM, que ha aprobado su nueva hoja de ruta.
En un encuentro en el Palacio de Pedralbes, sede de la UpM, los ministros y embajadores de los países miembros la UpM ha adoptado la «Nueva Visión de la UpM», un documento que actualiza sus prioridades y estructura institucional de la organización integrada los estados miembro de la Unión Europea y 16 países del sur y el este del Mediterráneo.
En paralelo, España y la UpM han firmado un acuerdo para mantener la sede de la organización en la capital catalana, que va acompañado del aumento de la contribución española al presupuesto de la organización con 400.000 euros. «Barcelona es la capital diplomática del Mediterráneo», ha asegurado el ministro de Exteriores.
Todo ello coincide con el 30º aniversario del Proceso de Barcelona, que se puso en marcha en 1995 con el objetivo de acercar los países de la orilla sur del Mediterráneo con la UE.
Esta iniciativa desembocó en la creación de la UpM en 2008, una organización que intenta fomentar el diálogo regional con proyectos económicos, energéticos, climáticos y educativos.
«A pesar de la extrema dificultad del contexto geopolítico, el Proceso de Barcelona sigue vivo y es más necesario que nunca», ha constatado Nasser Kamel, secretario general de la UpM.
Desde los países árabes son más escépticos sobre los resultados de la cooperación con la Unión Europea a través de la organización con sede en Barcelona.
El ministro de exteriores de Junconia, Aymad Safadi ha lamentado la promesa de paz del Proceso de Barcelona ha quedado «destrozada» por «la brutal ocupación inhumana» de Israel en los territorios palestinos.
Israel y Siria vuelven a la UpM
El 10º foro de la UpM lo ha presidido la alta representante de la UE, Kaja Kallas, y el viceprimer ministro y ministro de exteriores de Jordania, Ayman Safadi. También han participado Nasser Kamel, secretario general de la UpM, Dubravka Šuica, comisaria por el Mediterráneo, y José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores, que actúa como anfitrión del encuentro.
La reunión ha abordado la situación en Oriente Próximo en un momento de impasse a la espera de la implementación del acuerdo de paz por Gaza impulsado por Estados Unidos. Después de dos años ausente por la guerra, Israel vuelve a enviar representación al foro de la UpM, la única organización internacional donde coincide con Palestina.
Siria también ha vuelto a la UpM tras años de suspensión de su participación por la guerra civil bajo el régimen de Bashar al-Assad. Un retorno que se produce justo una semana antes del primer aniversario de la caída del dictador y que los socios de la organización esperan que sirva para estabilizar el país.
Bruselas envía un aviso por Cisjordania
La alta representante de la UE ha asegurado que el alto el fuego sigue siendo «frágil», recalcando que todavía hay «muchos interrogantes» sobre el plan de Trump para Gaza y sobre los plazos para su implementación.
Además, Kallas ha avisado de que los «el número récord de ataques de colonos» a los palestinos en Cisjordania «socavan los esfuerzos» internacionales para la paz. «Estos ataques deben detenerse», ha dicho sobre los ataques de los colonos, sin referirse a las imágenes de soldados israelíes disparando y matando a dos palestinos desarmados.
Precisamente al inicio de la reunión, el ministro jordano ha denunciado la «matanza a sangre fría» de estos dos palestinos. También el genocidio en Gaza. En cambio, el ministro español ha evitado el término «genocidio» en la primera reunión que contaba con representación institucional de Israel y Palestina desde los ataques del 7 de octubre de 2023.
Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, Albares ha reivindicado el diálogo en espacios multilaterales como la UpM para resolver el conflicto araboisraelegiano e, incluso, ha destacado que el foro «demuestra que el estado de Palestina no es un concepto».
«Somos muchos más los que pensamos que a través del diálogo, la diplomacia y la cooperación podemos avanzar, que aquellos que piensan que es la violencia y la ley del más fuerte», ha defendido.
A pesar de las diferencias en el discurso sobre la guerra en Gaza, la UE y los países árabes coinciden a la hora de defender la solución de los dos estados de cara al proceso de paz y estabilización de Gaza que está liderando la administración Trump.
El Pacto por el Mediterráneo de la UE
La Unión Europea ha aprovechado la cita en Barcelona para escenificar la puesta en marcha del nuevo Pacto por el Mediterráneo de la Unión Europea. Con esta estrategia, la UE pretende potenciar las relaciones comerciales, energéticas, educativas y culturales con los países de la orilla sur del Mediterráneo, mientras intenta abordar los flujos migratorios.
Bruselas presentará un plan de acción para desarrollar el pacto durante el primer trimestre de 2026. Una de las iniciativas más destacadas que prevé el pacto es la creación de una «alianza» de universidades mediterráneas y «la expansión» del programa Erasmus en los países de la orilla sur del Mediterráneo.
Sin concretar la puesta en marcha de este proyecto, Dubravka Suica ha explicado que por ahora tienen un presupuesto de 11 millones para crear dos secretariados encargados de coordinarlo, uno en el norte y el otro en el sur.
«Veremos si será o no en Barcelona, ya que ustedes ya tienen la sede de la Unión para el Mediterráneo», se ha limitado a decir preguntada por si la capital catalana podría acoger también este organismo.