El último programa de Col·lapse, presentado por Jordi González, dedicó un bloque específico a las figuras del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y del rey emérito Juan Carlos I, coincidiendo, respectivamente, con el macrojuicio que comienza este 24 de noviembre y con la reaparición mediática del Borbón a raíz de sus memorias. La promoción previa del programa, donde se presentaban como «dos figuras clave (…) salpicadas por escándalos», fue leída por muchos como una equiparación de la gravedad de los casos, y eso encendió inmediatamente las redes.
Entre las reacciones más contundentes está la del sociólogo Salvador Cardús, que escribió en X: «¿De verdad que en TV3 ponen al mismo nivel de corrupción a Joan Carles I y Jordi Pujol? Tienen suerte de que no hay que estar suscrito, porque tendrían un disgusto». También el comisionado del Gobierno para el Traspaso de Cercanías y exconsejero del entorno pujolista, Pere Maciàs, explotó: «Todos los que miren Col·lapse serán cómplices de la miseria profesional y humana de comparar al sátrapa Juan Carlos con el muy honorable presidente de Cataluña, Jordi Pujol. ¡Hartos de la degradación de TV3!».
Otra voz que se añadió fue la de Carles Armengol, exdirector general de Asuntos Religiosos, que acusó a la televisión pública de asociar dos casos que considera incomparables y lo calificó de «vergonzoso». Y desde otro registro, pero con la misma línea de indignación, el actor Joel Joan escribió: «Los periodistas de TV3 han perdido el sendero y se han hecho todos fachas o ¿qué pasa?».
A pesar de la polémica, o quizá precisamente gracias a ella, el programa consiguió la mejor audiencia de la temporada. Pero la lectura que circula entre estos círculos es otra: que TV3 ha entrado en un terreno que consideran peligroso, porque, según dicen, banaliza la corrupción de uno y diluye la responsabilidad del otro. Y eso, en el momento en que el juicio a Pujol vuelve a monopolizar la actualidad, lo interpretan como un giro que amenaza el relato histórico que durante décadas había vertebrado una parte del país.

