El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se ha reunido con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para abordar el uso del catalán, el vasco y el gallego en la cámara comunitaria. Durante el encuentro, Albares ha defendido la necesidad de «poner fin a la excepcionalidad» que supone que estas lenguas cooficiales no puedan utilizarse plenamente en una de las principales instituciones de la Unión Europea, y ha instado a Metsola a avanzar en los trámites técnicos y logísticos necesarios para que su uso sea viable en los plenos y en otros espacios parlamentarios.
El ministro ha subrayado que esta es una cuestión que trasciende la política partidista y que responde al carácter plurilingüe y plural del Estado español, destacando que el gobierno mantiene el compromiso de impulsar su oficialidad en la UE.
Albares y Metsola han coincidido en la importancia de continuar trabajando en el ámbito técnico para estudiar los costes, los mecanismos de traducción e interpretación, y las posibles vías de aplicación progresiva del catalán, el vasco y el gallego.
Sin embargo, fuentes diplomáticas reconocen que su plena oficialidad como lenguas de la Unión Europea aún depende de la unanimidad de los 27 estados miembros, un escollo que de momento mantiene bloqueado el acuerdo.
Un «paso más adelante» según el Govern
Desde el Govern de la Generalitat, el consejero de Acción Exterior y Unión Europea, Jaume Duch, ha valorado la reunión entre Albares y Metsola como «un paso más adelante» en el camino para conseguir que el catalán se pueda utilizar en el Parlamento Europeo.
Duch ha remarcado que el encuentro muestra un «optimismo compartido» entre la Generalitat y el Ministerio de Asuntos Exteriores, y ha asegurado que la colaboración entre ambas administraciones es «plena y constante» en todas las cuestiones que afectan a la presencia internacional del catalán.
El consejero ha reiterado que el Govern catalán mantiene su compromiso de impulsar el reconocimiento europeo de la lengua y ha insistido en que la reunión en Bruselas confirma que la cuestión «sigue viva» y que hay voluntad política para avanzar en ella.
Pese a ello, Duch ha reconocido que el proceso requerirá tiempo y negociación, ya que el objetivo final es conseguir la oficialidad plena del catalán en la Unión Europea, un reto que aún depende del consenso entre todos los estados miembros.












