El presidente del Partido Popular de Cataluña, Alejandro Fernández, ha puesto en cuestión la neutralidad del presidente del Parlament, Josep Rull, a quien acusa «de imponer límites personales» a la participación de Vox y Aliança Catalana en los debates. Según Fernández, esta forma de moderar «vulnera la libertad parlamentaria» y responde a «criterios ideológicos».
La acusación llega en un momento delicado para la cámara. Las últimas sesiones se han visto marcadas por advertencias de Rull a diputados de los dos grupos por discursos que rozaban el lenguaje de odio. El presidente del Parlament, que intenta mantener un perfil institucional y moderado, se ha propuesto poner orden en una etapa de crispación, pero su firmeza ha abierto un nuevo flanco de polémica. Vox le acusa de censura, y ahora el PP se añade presentándose como defensor de la libertad de expresión dentro de la cámara.
Desde Junts, fuentes próximas al presidente recuerdan que sus decisiones son revisables por la Mesa y que Rull «aplica el reglamento con criterios técnicos, no políticos». También subrayan que ha llamado al orden a diputados de todas las formaciones. En este sentido, defienden que la neutralidad institucional no depende de la ideología de los oradores, sino del respeto a las normas del debate.
