La presidenta de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), Rosa Romà, afronta un gran malestar interno por los cambios que ha introducido con el fortalecimiento de la marca 3Cat y la progresiva dilución de las históricas TV3 y Catalunya Ràdio. Estos cambios no son sólo de logo o estéticos. También se prevé una reorganización y unificación de los servicios informativos, proyecto que provoca muchas suspicacias y oposición entre los periodistas.
En el trasfondo está también la idea de trasladar los estudios de la televisión y la radio de la Generalitat a las Tres Chimeneas, en Sant Adrià de Besòs, y abandonar los actuales emplazamientos en Sant Joan Despí y la Diagonal. Esto, en un contexto de progresiva pérdida de audiencia de los medios audiovisuales y de cuestionamiento de la excesiva factura que conlleva el actual funcionamiento de la CCMA.
Para colmo, este próximo día 13 empieza sus emisiones 2Cat, el nuevo canal en catalán de TVE. Del mismo modo que 3Cat se considera un reducto de ERC, 2Cat nace bajo la influencia directa de Junts x Catalunya, que, a través del consejero de RTVE Mikimoto, ha intentado meter cucharada en la programación.
