Los Mossos d’Esquadra han iniciado este jueves el desalojo de la casa okupada Ca l’espina, en el barrio de Gràcia de Barcelona, y han sacado a cuatro personas del interior de la finca y descolgado de la fachada a una joven atada con un arnés. Tras retirar todo el material que los okupas habían puesto en puertas y ventanas para blindar el edificio, la policía ha accedido a la finca y la unidad de montaña ha ayudado a bajar a la joven que hacía horas que estaba colgada.
Mossos trabaja ahora para liberar a una chica que ha enganchado el brazo a un bidón de hormigón y han informado de que estos seis jóvenes -los cuatro que había en el interior, la chica colgada en la fachada y la que se ha atado a un bidón- quedarán denunciados por ocupación y desobediencia.
Fuera de la finca, decenas de personas se han manifestado para protestar contra el desalojo y los propietarios del inmueble, la inmobiliaria Bojous, se han desplazado hasta el punto y han desmentido que sean un fondo buitre que especule o negocie con pisos turísticos.
El edificio, que tiene cuatro plantas y hace cinco años que está okupado, luce varias pancartas a favor de la okupación como «la Gracia aburguesada seguirá siendo okupada», y una bandera Palestina.
Protesta en defensa de Ca l’espina
Una cincuentena de personas se han concentrado a primera hora de la mañana para evitar el desalojo. A estas, se han unido un centenar más procedentes de una manifestación pro-Palestina. Cuando han llegado los antidisturbios, sin embargo, se han ido corriendo por la calle Asturias y se han manifestado por el barrio hasta las 11 de la mañana.
En esta intervención ha participado efectivos de Seguridad Ciudadana, de la Brimo, de la unidad de drones, de la de montaña y también un helicóptero que ha sobrevolado la zona mientras ha durado la movilización ciudadana.
La propiedad niega especular
La inmobiliaria propietaria de Ca l’espina es una empresa familiar que regentan un matrimonio y su hijo y que se llama Bojous. Joan Fradera, el propietario del negocio, ha explicado que aunque se les considere grandes tenedores porque tienen una veintena de pisos en Barcelona, no se dedican a la especulación ni tienen pisos turísticos: «Ofrecemos alquileres asequibles, no tenemos ningún piso vacío», ha insistido.
Fradera ha explicado que en el año 2019 compraron el edificio a dos hermanas de Gràcia que hacía años que lo tenían vacío y que su voluntad era reformarlo y hacer viviendas de alquiler asequibles. Desgraciadamente, ha relatado el hombre, cuando estaban pendientes de que el arquitecto hiciera el proyecto de obras, la finca fue ocupada por una cuarentena de personas. «Llamamos a la policía, pero no pudieron hacer nada», ha lamentado.
El propietario ha relatado que consiguieron liberar los bajos y que decidieron que un chico que es familia suya viviera allí para tener a los okupas vigilados. Según este hombre, en el edificio viven una decena de personas que le han hecho la vida imposible. Además, los propietarios han denunciado haber sufrido acoso y que los okupas han hecho pintadas en la oficina de la inmobiliaria, han roto cristales del local e, incluso, les han ido a increpar en casa.