Vuelve el Distrito 11

Bluesky

El pasado lunes el alcalde Jaume Collboni, acompañado del embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed, presentó la creación del nuevo Distrito 11 del ayuntamiento de Barcelona que, con un presupuesto inicial de un millón y medio de euros, trabajará por la reconstrucción de las ciudades de Palestina. Recupera así el nombre de la iniciativa creada por Pasqual Maragall en 1995, que teniendo Barcelona diez distritos incorporaba la ciudad hermana de Sarajevo, que en 1984 había sido sede de los Juegos Olímpico de Invierno, como distrito 11 de Barcelona. Una iniciativa que tuvo el apoyo de todos los grupos municipales, acompañando el jefe de la oposición, Miquel Roca, a Maragall en uno de los primeros viajes a la ciudad que había sufrido tres años de asedio.

Aquel primer Distrito 11 abrió una sede en Sarajevo, dirigiendo la oficina primero el periodista Carles Bosch y luego el también periodista Eric Hauck, siendo el funcionario municipal Manel Vila, su gerente. Y Barcelona con el apoyo de otras instituciones españolas e internacionales como el Comité Olímpico Internacional reconstruyó el barrio olímpico de Mojmilo, el pabellón olímpico de Zetra y sirvió de base logística desde la que pudieron trabajar otros ayuntamientos, entidades y ONG catalanas y españolas en otros proyectos humanitarios. Con Joan Clos ya como alcalde, lideró en 1999 la ayuda a los refugiados de Kosovo, abriendo también una oficina en Pristina que estuvo operativa más de un año.

Ahora bien, Joan Clos perdió su interés en la iniciativa, desapareciendo como tal Distrito 11 que cambió de nombre pasando a ser reconvertido en Barcelona Solidaria. Sin embargo, el Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, y el propio Secretario General de la ONU, Kofi Annan, cada vez que iban a Bosnia o abordaban su reconstrucción se referían a lo que había hecho Barcelona con Distrito 11 como ejemplo, y hubo intentos contradictorios desde el propio ayuntamiento de Barcelona de recuperar su empuje y su nombre. Una de las acciones que se realizó bajo el paraguas de Barcelona Solidaria y el Plan Municipal de Cooperación fue el hermanamiento con las ciudades de Tel Aviv y Gaza, asumiendo Barcelona la construcción en 2004 del Parque de la Paz en Gaza, inaugurado en 2005 que cuatro años después sería totalmente destruido por Israel en una de sus ofensivas.

En el actual contexto del genocidio que está sufriendo la franja y el incremento de los ataques y la ampliación de asentamientos en Cisjordania, Jaume Collboni hace un mes tenía que visitar las ciudades de Belén y Ramallah, invitado por sus alcaldes. Visita que no pudo hacer al negar Israel el visado de entrada. Y desde los campos de refugiados palestinos de Jordania, acompañado de la concejala Maria Eugènia Gay, anunció que Barcelona volvería a crear un undécimo distrito desde el que se gestionaría la solidaridad con Palestina. Proyecto que efectivamente se presentó el lunes en el acto solemne en el Saló de Cent en el que anunció que la concejala Maria Eugènia Gay sería la responsable y el ahora ya jubilado Manel Vila sería el presidente del Consejo Asesor del Distrito 11.

Bienvenido sea este proyecto de reconstrucción en Gaza y Cisjordania. Pero más allá de las dudas del grupo de Junts sobre si apoyarlo -el concejal Jordi Martí, abandonó el acto del lunes mientras hablaba el embajador palestino evitando aplaudirle y unirse a la foto final- y la evidente oposición de Vox y quizá también del PP que no asistieron, el proyecto puede encontrar muchos tropiezos al ser totalmente diferente la situación de la Bosnia de 1996 de la de la Palestina de 2025. De entrada en Bosnia las autoridades serbias aceptaron que la ONU, la OTAN y la Unión Europea jugara un papel determinante con un Alto Representante reconocido por todos y unos cascos azules desplegados. Pero ahora, no sólo no se ha acabado la guerra de destrucción y desplazamiento de población a Gaza sino que Israel está expandiendo los asentamientos en Cisjordania, mientras el ejército y los colonos matan cada día a ciudadanos desarmados y les queman las casas.

Y no perdonando Netanyahu que España haya liderado la nueva oleada de reconocimientos internacionales de Palestina y que desde Barcelona saliera la Flotilla, está por ver si el actual gobierno del estado judío permitirá o no la presencia de funcionarios y cooperantes de Barcelona. Evidentemente sí que Barcelona podrá ayudar a los refugiados palestinos de los campos de Jordania y el Líbano. Pero reconstruir Gaza o Cisjordania in situ como lo hizo en la devastada Sarajevo, quizás a corto plazo no será posible.

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