Reino Unido, Canadá y Australia han anunciado este domingo el reconocimiento del estado de Palestina, en una acción coordinada que los convierte en los primeros países del G-7 en dar este paso. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha defendido que la decisión busca «mantener viva la posibilidad de la paz» y ha remarcado que «no es un premio a Hamás». El canadiense Mark Carney ha subrayado que la medida debe servir para «construir la promesa de un futuro pacífico», mientras que el australiano Anthony Albanese ha afirmado que se trata de un «esfuerzo internacional coordinado».
Starmer ha advertido de que los «bombardeos incesantes» de Israel y la «devastación intolerable» en Gaza deben acabar y ha reclamado al gobierno israelí que levante las restricciones fronterizas y permita la entrada masiva de ayuda humanitaria. El líder laborista ha remarcado que «Hamás no tiene futuro, ni rol en el gobierno ni en la seguridad» de Palestina y ha anunciado nuevas sanciones contra su cúpula. También ha recordado que el Reino Unido reconoció a Israel como «patria del pueblo judío» hace más de 75 años y que ahora se une a más de 150 estados que ya reconocen Palestina.
Este reconocimiento llega en paralelo a la Asamblea General de la ONU, donde una decena de países —entre ellos Francia, Bélgica y Portugal— también tienen previsto dar el paso. El objetivo compartido es impulsar un alto el fuego en Gaza, la liberación de los rehenes y pasos concretos para alcanzar la solución de dos estados. España, junto con Irlanda y Noruega, ya reconoció Palestina en mayo del año pasado, abriendo la puerta a una oleada de nuevos apoyos internacionales.