Marc Ciria necesita unos cuantos miles de avales de socios del Barça para promover una votación, en la próxima asamblea ordinaria que, por fuerza, Joan Laporta deberá convocar antes de finales de octubre, a favor de revocar la autorización de una asamblea anterior, de junio de 2022, concedida a la directiva para la venta del 49% de BLM (Barça Licensing & Merchandising). Esta sociedad la creó en 2018 la directiva de Josep Maria Bartomeu y ha sido capaz de facturar 107 millones en el último ejercicio.
Puestos a comparar, son 107 millones más que los generados por Barça Vision en el mismo periodo. Con razón, Marc Ciria se ha declarado fan número 1 de Bartomeu por haber inventado un negocio ingenioso y rentable, burlando el sesgo y la sombra de Nike con una habilidad más que destacable.
BLM ha batido récords de facturación desde su puesta en marcha la temporada 2018-19, aunque en manos de Laporta ha dejado de dar ganancias en la misma proporción que la actual directiva ha forzado que BLM acredite gastos de compras, costes y de masa salarial superiores a los 100 millones anuales. Una barbaridad que sólo se explica por el sospechoso, oscuro y revelador interés laportista en comprar, en gastar, por una vía que no puede controlar Javier Tebas ni el sistema de control económico de LaLiga.
Marc Ciria, en cualquier caso, tiene argumentos más que sólidos para defender los beneficios del negocio de BLM y de no venderlo porque, justificadamente, se ha convertido en el único ámbito comercial susceptible de crecer hasta los 500 millones de facturación en los próximos años.
El problema para Marc Ciria en este primer desmarque de ruptura electoral contra Laporta, que hasta ahora no se había atrevido ni a intentar, es que el aparato laportista lo está matando en las redes utilizando un vídeo en el que Marc Ciria defiende, celebra y argumenta que la palanca de la venta de BLM que Laporta propuso a los socios en 2022 es un acierto estratégico, una medida financiera visionaria y, en definitiva, lo mejor que podía hacer la directiva para mejorar las cuentas. Eran tiempos en los que Marc Ciria continuaba abrazando la gestión de Laporta a la espera de que le hicieran un puesto en la organización. Es decir, a la espera de las prebendas que otros laportistas tienen y él no.
Ciria viene a decir en ese vídeo todo lo contrario de lo que ahora predica entre la masa social sobre la gestión o la posible venta societaria de BLM. Y así es difícil progresar, si quien engaña a los socios y niega hoy lo que dijo ayer no es Laporta. El financiero Marc Ciria ya debería saberlo.
