Neus Torbisco Casals, que fue primero responsable de acción jurídica del Consell de la República y luego miembro de su Consejo de Gobierno como responsable de acción internacional. Anunció su dimisión como dirigente de este organismo en una carta escrita en enero de 2023. Dijo que lo hacía porque le faltaba tiempo y energías para compatibilizar el cargo con su nombramiento como catedrática adjunta del Geneva Graduate Institute. Torbisco es doctora en Derecho y experta en derechos humanos y ha manifestado su decepción con los independentistas que niegan que Israel esté cometiendo un genocidio en Palestina en un hilo de mensajes en la red social X.
El pasado martes día 16 escribió en uno de esos mensajes: «Ante un genocidio no hay equidistancias, excusas ni matices relativizadores. Denunciarlo es una obligación jurídica y moral. Decepciona profundamente los dobles estándares y el «selective rage» de algunos sectores y líderes independentistas que demuestran que no han entendido el significado de la relevancia universal del derecho a la autodeterminación, de la prohibición absoluta del genocidio, y de las convenciones de Ginebra. Gente que relativiza lo que ha establecido el TPI pero que confía en instituciones judiciales internacionales para preservar el derecho de los catalanes a resistir las políticas opresivas y neocoloniales del Estado español».
Unas palabras que habrán dolido a muchos dirigentes del Consell de la República, de su ex presidente, Carles Puigdemont, y del partido que preside, Junts, que se han mostrado blandos en la denuncia del genocidio o, en algunos casos, incluso han defendido el comportamiento del ejército de Israel. De este colectivo forma parte el jefe de la Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, que tres días antes de que Torbisco publicara los posts mencionados en X, negaba la existencia del genocidio. Lo hizo reproduciendo una información según la cual el gobierno británico considera que no se puede hablar de genocidio en este caso y escribiendo este texto: «Para mí tiene mucha más credibilidad el Gobierno británico que el Gobierno español y la máquina de propaganda de TV3».

