Su marido se marchita en Waterloo desde hace ocho años, mientras espera la amnistía que no llega, pero Marcela Topor está feliz y contenta de vivir en Cataluña. Así lo explica en un artículo que ha publicado en el diario El Punt Avui: «Seguro que tenemos muchas cosas que mejorar y estamos cargados de defectos, pero vivir en Cataluña es uno de los mejores regalos que puede hacerte el destino», asegura.
Y en este mundo lleno de violencias e incertidumbres, valora la normalidad del «retorno de los niños a la escuela con el recuerdo bien fresco del verano en nuestra fascinante costa, en nuestras montañas cargadas de sorpresas y patrimonio natural y cultural, en torno a una buena mesa donde lo más peligroso con lo que te puedes encontrar son invitados un poco más contentos de la cuenta».
Para colmo, la XAL le ha renovado su programa de TV.