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Marc Ciria destapa que Laporta sigue en pérdidas y que planea vender BLM

Marc Ciria - Foto: 3Cat

Marc Ciria, que no oculta sus intenciones de participar en las próximas elecciones a la presidencia del FC Barcelona, ha sorprendido con un paso adelante activo y directo en contra de la preocupante y cada vez más negligente gestión económica de Joan Laporta. Lo ha dado con la puesta en marcha de una campaña de recogida de firmas de socios con la determinante intención de revocar el acuerdo asambleario de 2022, por el que se autorizaba a la directiva a vender el 49% de Barça Licensing & Merchandising (BLM), en la asamblea ordinaria de octubre próximo. Este sería el enunciado simple y menos llamativo de su actuación estratégica. El titular que la prensa laportista ha ocultado y seguirá tapando en las semanas venideras es que el presidente del Barça necesita echar mano de ese recurso para compensar nuevas pérdidas en el ejercicio que aún debe liquidar, el 2024-25. «Sabemos que están en pérdidas», ha afirmado en TV3, dando a entender que él dispone de información privilegiada en este momento, cuando el secretismo rodea el desenlace de la batalla campal entre Laporta y Crowe, el auditor al que también le espera una corta vida como consultor azulgrana.

No solo información de que, efectivamente y como se sospechaba, el balance del ejercicio es deficitario por múltiples causas. También sabe Ciria de primera mano que Laporta, en su desesperación, puede deshacerse de BLM por un valor parecido al que en su día le otorgó a Barça Studios, de 200 millones por el 49% minoritario a favor de un inversor estratégico, y de otros 208 millones por el valor de equivalencia contable. Es decir, de 408 millones en total.

Está claro que si Marc Ciria logra revocar el permiso que dio la asamblea a Laporta, le estrangularía cualquier posibilidad de presentarse a la reelección, pues difícilmente LaLiga podría considerar la suya una candidatura continuista con un patrimonio neto negativo, a menos que, llegado el momento, entregase un aval que lo cubriera, que sería tanto como admitir el fracaso estrepitoso de esa resurrección financiera de la que tanto le gusta presumir aún sabiendo que se trata de un embuste gigantesco.

El caso, sin embargo, es que Laporta puede cerrar la operación de venda del 49% de BLM en cualquier momento antes de la asamblea que, por estatutos, debe celebrarse con anterioridad al 31 de octubre. No necesita ningún permiso expreso, pues considera vigente y legal el mandato que él mismo pidió a los socios el 16 de junio de 2022 en el transcurso de la misma asamblea de carácter extraordinario en la que propuso y fue aprobada la cesión de parte de los derechos de televisión (el 25% por 25 años) a Sixth Street. Ese mismo verano, Laporta también reportó un beneficio de 200 millones por la venta de Barça Studios (también de un 49%) en virtud de un acuerdo adoptado en la asamblea ordinaria de octubre de 2021. Es decir, un año antes.

En el caso de BLM, la asamblea extraordinaria se realizó en formato telemático y la propuesta de la junta fue aprobada por una amplia mayoría de los socios compromisarios, alcanzando un 88% de votos favorables. La autorización facultó expresamente a la directiva para ceder a uno o varios inversores hasta el 49% de la sociedad BLM, considerada clave por ser la gestora del negocio de licencias y merchandising del club.

Marc Ciria lidera esta maniobra que tiene el propósito de defender y proteger la «joya de la corona», como definió hace tiempo a BLM, y a la que ahora se refiere como «la Masía comercial» del Barça, según él, con «una aportación entre royalties y beneficios de más de 60 millones y con un plan de negocio de 200 millones de beneficio anuales que llegar a 500 millones en tres años, lo que no paga ningún patrocinador del club».

Se declara fan número uno de BLM porque «es la demostración de que hay profesionales en este país capaces de abrir nuevas vías de negocio con ingenio y talento excepcionales. BLM es el camino y el futuro en un club como el nuestro que no puede crecer en otros ámbitos porque hemos vendido activos a muchos años vista».

No es capaz, sin embargo, de nombrar a Josep Maria Bartomeu, el presidente que impulsó y creó BLM, y de inventarse que «BLM ha sobrevivido a Rosell y Bartomeu». Por alguna razón, necesita, como hace Laporta para engañar a los socios, imaginar un relato de BLM absolutamente fantasioso en el que BLM es obra del espíritu santo y no de la gestión de Josep Maria Bartomeu exclusivamente.

Lo mismo le pasa con la realidad de BLM que, en manos de Laporta y según las memorias, ha dejado de ganar dinero por culpa de compras extraordinariamente elevadas e injustificadas. BLM facturó en 2018-19 63 millones durante su primera temporada de actividad. En 2020-21, 59,4 millones (impacto covid-19, -6%), 103,9 millones en la 2021-22 (fuerte recuperación, +75%), 100 millones en la 2022-23 (récord histórico de facturación) y 107 millones en la 2023-24 (nuevo récord absoluto).

Ciria no ha comentado, para no hacer enfadar a Laporta, que en la temporada 2023-24 BLM solo dio 2 millones de beneficio a pesar de facturar 107 millones a causa del crecimiento descontrolado de costes. Las compras de material deportivo pasaron de 22 millones (2021-22) a 50 millones (2023-24) y los costes de personal sufrieron un incremento de 44 a 46 millones.

Ciria puede que llegue tarde a salvar a BLM de las garras de Laporta, que ya solo piensa en venderla para pasar otra curva peligrosa y seguir por el camino de la autodestrucción del club.

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