Aragón ha denunciado que las pinturas murales de Sijena, actualmente depositadas en el MNAC, presentan humedades, y reclama acelerar su retorno al monasterio. El director general de Cultura aragonés, Pedro Olloqui, sostiene que los daños podrían ser posteriores a la instalación en el soporte actual y los atribuye a una «desatención» del museo.
Desde el MNAC se niega categóricamente que las humedades afecten a las pinturas. El museo recuerda que las manchas en el soporte de madera son antiguas, ya estaban documentadas y forman parte del historial de las piezas. Además, subraya que los técnicos aragoneses habían sido informados previamente.
Un estudio técnico encargado por el museo concluye que el soporte de madera está «totalmente seco». Sí hay grietas en la pintura, pero corresponden a partes de la arquitectura original del Palacio Nacional, no a las obras de Sijena.
Polémica abierta por el traslado
A pesar de la discrepancia entre administraciones, el gobierno aragonés defiende que el traslado de las pinturas es posible sin ponerlas en riesgo e insiste en que las humedades no comprometen la viabilidad del proceso. El MNAC, en cambio, mantiene que la colección se conserva en condiciones óptimas y que el proyecto de desplazamiento podría exponer las obras a nuevos peligros estructurales y ambientales.
La discusión vuelve a poner encima de la mesa el largo litigio por la propiedad y el destino definitivo de las pinturas murales, un conflicto que combina criterios patrimoniales, técnicos y políticos, y que continúa sin una salida consensuada.
