La culpa del retraso y el caos de las obras del Camp Nou no es la mala comunicación

En el laberinto de las excusas, confusión y embustes de la directiva del Barça, Laporta ha admitido que la campaña del Gamper solo fue para tensar, algo que la vicepresidenta Fort ha negado, y ahora ya solo habla de volver "lo antes posible"

Joan Laporta, a les obres del nou Camp Nou - Foto: FC Barcelona

Ha habido barcelonistas del clan Laporta, entre ellos el sobrevenido Toni Freixa -que a los tres años de la decadencia, degradación, nepotismo de este mandato lo ha abrazado como si de pronto hubiera visto la luz y encontrado bajo su cúpula el confort y la protección necesarios-, que finalmente han calificado como un «error de comunicación» el conjunto de los inconvenientes y caos que la propia directiva del Barça ha provocado en torno a la fecha de regreso al Spotify. Y, en su defecto, el culebrón sobre si esta temporada el primer equipo acabará jugando en el Sant Joan Despí, en Montjuic o finalmente en Les Corts, sin descartar la posibilidad de pisar los tres estadios en este tránsito tan descontrolado del arranque de temporada.

Ese asidero sobre la forma y no sobre el verdadero fondo de la gestión, que no es otro que la incapacidad de Limak para cumplir los plazos, lo han desmentido tanto el presidente Joan Laporta como la vicepresidenta Elena Fort de forma rotunda y categórica. Para Laporta, el anuncio fantasma del Gamper fue «una forma de tensar a todas las partes», reconociendo su plena consciencia de que el famoso vídeo de los bafles, el Timbaler del Bruc y su protagonismo se lanzó sin ni siquiera haberle pedido al Ayuntamiento de Barcelona la primera ocupación. Principalmente, porque a día de ayer la directiva aún no le había podido entregar el Certificado de Final de Obra, documento clave para poder forzar, al menos, una opinión de los técnicos municipales sobre si es viable abrir el Spotify, ni que sea parcialmente.

Por su parte, la vicepresidenta Elena Fort, la que más mentiras lleva acumuladas a lo largo de los últimos meses frente al decorado de las obras del estadio, ha rizado el rizo negando incluso ambas teorías. Ha afirmado sin el menor rubor que cuando anunciaron el retorno para el Gamper el 10 de agosto pasado fue porque «estábamos convencidos de que eso iba a ser posible». O sea, todo lo contrario del argumento del presidente, en su caso para justificar haber puesto la cara en vídeo de la campaña «Tornem a Casa. Vibrem«.

Fort ha añadido en su última comparecencia, el martes pasado tras el anuncio definitivo del Barça-Valencia en el Johan Cruyff, que «desde el primer momento y a lo largo de todo este proceso hemos sido transparentes y ofrecido una fotografía exacta de la situación», añadiendo que si volviera a empezar, lo haría todo de la misma forma.

Hay que imaginarse, así pues, que cuando hace un año Elena Fort mantenía y defendía en público por estas mismas fechas que se trabajaba para reabrir en noviembre en la fecha del 125º aniversario sería porque estaba convencida de que era posible y de que podrían darse las circunstancias, expectativas que luego fijó para antes de fin de año del 2024, más adelante para febrero, después para la primavera, casi seguro en el clásico de final de Liga y, por descontado, que el Spotify estaría operativo para arrancar la actual temporada.

Es echarle mucha imaginación a un relato que no se aguanta por ninguna parte y que solo se explica por la consigna laportista de mantener siempre un alto grado de inminencia de cara a engañar al auditor, a LaLiga, a la UEFA y a Goldman Sachs.

En esta nueva semana trágica que vive la reforma del estadio azulgrana, la directiva ha apurado hasta donde ha podido antes de admitir que el Barça-Valencia se traslada a la Ciudad Deportiva y que será muy justo llegar al Barça-Getafe para dejar una puerta abierta a la esperanza al Barça-Real Sociedad, el partido antes del debut en la Champions. Otro cuento chino para aparentar de cara a sus controllers que realmente ya es solo cuestión de pocos días.

Nada más que eso y la necesidad urgente de que Crowe no cierre el ejercicio que acabó el 30 de junio, hace ya más de dos meses, y determine si los asientos VIP están dentro o fuera, extremo cada día más confuso y puede que fantasioso, pues algunas fuentes filtran que igualmente los 100 millones de la cesión de la explotación deberán diferirse por los 30 años del acuerdo.

El serial continúa con una frase aún menos concreta y defensiva del presidente en los actos de la Diada del 11 de septiembre de este miércoles: «Esperamos volver al Spotify lo antes posible». Antológico.

Lo que nadie sabe es lo que dice Limak, que es a quien Laporta sigue protegiendo por encima de todo.

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