Decrecimiento y limitacionismo para ser sostenibles

Bluesky

Que la sociedad actual no es sostenible es una afirmación científicamente fundamentada. Lo que no está tan claro es como hacer que nuestro modo de vida actual sea sostenible. A fecha de hoy podemos vislumbrar dos caminos: el decrecimiento y el limitacionismo. Estas dos ideas son la base de un nuevo sistema que podría reemplazar al capitalismo, dado que este no ha mostrado ser capaz de ser sostenible. El decrecimiento es una reducción selectiva de la producción y el consumo para que disminuya la huella ecológica y poder mantener el bienestar de todos los seres humanos, dentro de los límites de la Tierra. Es una acción política, planificada democráticamente y fundamentada en la justicia social. El limitacionismo defiende que no es moralmente aceptable ni permisible consumir más recursos de los necesarios para prosperar plenamente en la vida. Esta definición tiene la gran dificultad de concretar y cuantificar cuantos recursos son necesarios para prosperar en el siglo XXI o dicho de otra manera, cuando podemos afirmar que tenemos demasiado moralmente hablando.

Susana Alonso

El decrecimiento es un concepto metodológico que busca establecer lo que debemos hacer para solucionar las crisis climáticas, la contaminación y la injusticia social en el consumo per cápita de agua, energía, alimentos y propiedades. El limitacionismo es un concepto filosófico que busca establecer directrices morales y éticas para definir los límites máximos de pertenencias y riqueza de los individuos.

Por ejemplo, el 1% más rico de la población del planeta, emite más CO2 que la mitad más pobre de la humanidad y el 10% más rico emite la mitad de todo el CO2 emitido (Fuente: World Inequality Database www.globalinequality.org). Necesitamos limitar las emisiones de CO2 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de las temperaturas medias preindustriales. Tenemos que limitar el calentamiento porque un clima demasiado cálido destruye el frágil equilibrio de la vida que es la base para que la civilización humana siga adelante y prospere. El debate público sobre los límites del consumo y el crecimiento no puede retrasarse por más tiempo.

¿Cuánta riqueza es demasiada? ¿Cuánta producción y consumo son demasiados? ¿Cómo podemos innovar sin destruir el planeta? En principio el límite sustentable para el uso promedio de materiales es de 7,7 toneladas por ser humano y por año. Cuando las personas con ingresos medios-altos o las de ingresos altos excedemos ese límite, es cuando inevitablemente es necesario desde el punto de vista moral establecer límites. Tanto el decrecimiento como el limitacionismo argumentan que es necesario establecer límites entre otros motivos debido a que la riqueza de las personas con mayores ingresos se genera con el trabajo duro de miles de millones de personas con ingresos bajos o muy bajos. Esto sucede porque el sistema económico está diseñado de tal manera que permite la explotación de recursos y mano de obra barata de las poblaciones que carecen de poder político. Es este desequilibrio de poder es lo que mantiene a la gente en la pobreza y no es debido a que los pobres no trabajen suficiente ni tengan capacidad intelectual. Hoy seguimos viendo que la gente trabaja más en los países más pobres que en los países más ricos y eso genera grandes desigualdades y tiene terribles consecuencias para el medio ambiente y las generaciones futuras.

El limitacionismo, tal como lo planteó Ingrid Robeyns, afirma que la riqueza por encima de un límite razonable tiene al menos dos efectos negativos en la sociedad. El primero es que la riqueza socava el ideal de igualdad política. La riqueza otorga demasiado poder político a sus poseedores. En consecuencia, los ricos pueden comprar e influir en políticos, financiar elecciones para favorecer sus intereses, monopolizar los medios de comunicación tradicionales con su narrativa egoísta y silenciar las opiniones contrarias. El segundo efecto negativo es que el exceso de riqueza de para algunos seres humanos deja a muchos otros con necesidades urgentes insatisfechas como son la alimentación, la vivienda, la educación y la salud. Los países conocidos como economías ricas o avanzadas, si bien representan el 14 % de la población, poseen el 87 % de los recursos netos globales. Se trata de reducir las desigualdades para preservar la vida y el progreso actuales. No hay alternativa.

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