Rusia ha lanzado esta madrugada un ataque masivo contra Ucrania con más de 800 drones kamikaze y trece misiles, que han golpeado a varias regiones del país, incluida Kiev, donde han muerto al menos dos personas –una mujer mayor y un niño de un año– según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania. La ofensiva, que ya se considera la mayor hasta ahora, ha provocado al menos 18 heridos en la capital y numerosos incendios en edificios residenciales e infraestructuras públicas.
El Mando de las Fuerzas Aéreas de Ucrania ha detallado que se han utilizado 805 drones Shahed y aparatos de varios modelos lanzados desde Rusia y Crimea, además de misiles Iskander-K e Iskander-M/KN-23. Las defensas antiaéreas han logrado derribar 747 drones y cuatro misiles, pero unos 20 aparatos y proyectiles han impactado contra 37 ubicaciones. La primera ministra, Iúlia Svyrydenko, ha lamentado la pérdida de vidas y ha reclamado «nuevas sanciones contra la maquinaria militar del Kremlin» y, sobre todo, «armas para defender Ucrania».
Aparte de Kiev, los ataques también han afectado a Odessa, Krivói Rog, Dnipropetrovsk, Kremenchuk, Sumy y Zaporiyia, con al menos una víctima mortal más, decenas de heridos y daños en edificios residenciales, instalaciones deportivas, comercios y suministros eléctricos. El alcalde de Kiev, Vitali Klitxkó, ha confirmado graves destrozos en bloques de pisos e infraestructuras básicas, mientras que las autoridades ucranianas han alertado de que la escalada responde a la voluntad de Vladímir Putin de endurecer la presión en plena búsqueda de una salida diplomática al conflicto.