Barcelona se convierte este domingo en el punto de salida de la Global Sumud Flotilla. Decenas de embarcaciones zarpan del puerto de Barcelona hacia Gaza en la mayor misión humanitaria desde el bloqueo a la Franja, cargadas con material médico, alimentos, agua y otros recursos humanitarios.
En la misión participan activistas de un total de 44 países, y unas 500 personas zarparán desde la capital catalana, convirtiendo la ciudad en el epicentro de la solidaridad mundial con Gaza. El objetivo es habilitar un corredor humanitario marítimo y denunciar el genocidio de Israel contra el pueblo palestino.
Entre las personas que se embarcarán en la veintena de embarcaciones que saldrán de Barcelona están la activista sueca Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, la diputada de la CUP en el Parlament Pilar Castillejo y el concejal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona Jordi Coronas, que será capitán de una de las naves. Otras personalidades internacionales como la actriz Susan Sarandon y el actor de Juego de TronosLiam Cunningham han apoyado a la Flotilla desde el puerto, mientras que artistas españoles como Luis Tosar y Carlos Bardem lo han hecho a través de vídeos.
A los barcos que saldrán de Barcelona se sumarán también decenas de embarcaciones que saldrán de puertos italianos y de Túnez. Se prevé que se encuentren todos en alta mar para continuar juntos la travesía hasta la Franja de Gaza.
El puerto de Barcelona, un puerto solidario
Este fin de semana el Moll de la Fusta ha acogido actividades culturales, políticas y de movilización ciudadana en apoyo a la misión humanitaria y a la población palestina, las cuales culminarán este domingo con la salida de decenas de barcos en misión humanitaria.
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, valoró positivamente la salida de la Flotilla desde la capital catalana y destacó que «dice mucho de la sociedad catalana». De hecho, uno de los miembros del grupo de coordinación de la Global Sumud Flotilla 2025, Saif Abukeshek, explicó que se ha elegido el puerto de Barcelona porque desde la entidad tienen la «seguridad» de que la sociedad civil en Cataluña permanecerá «en pie» e impedirá cualquier intento de sabotaje.
