Desde la cúpula de gobierno del FC Barcelona responsable del aparato de comunicación social e imagen corporativa, comercial y del entretenimiento, además del control de contenidos en las redes sociales, web y Barça One se ha ordenado promocionar mediáticamente a Paloma Mikadze, figura creciente del núcleo duro del presidente Joan Laporta, básicamente porque se trata de la hija y protegida Manana Giorgadze, jefa de gabinete de presidencia y exempleada del despacho de Laporta hasta que volvió a la presidencia necesitado de alguien eficiente y de absoluta confianza para ese puesto.
Detrás de esa campaña de proyección de Paloma Mikadze existen dos poderosas razones que desde luego no guardan relación con el éxito de la gestión concreta de una macroárea y de un superpoder como son la dirección de Barça Identity y de Barça Media 360, dos de los inventos especialmente diseñados internamente para que la hija de Manana Giorgadze, persona de especial influencia sobre el presidente, pudiera justificar un cargo relevante y unas condiciones laborales excepcionales, eso sí, sin pasar antes por una contratación regulada que contrastase su formación, experiencia y talento con el desempeño de sus cargos.
El retorno fallido a Spotify
El primer motivo por el que Paloma Mikadze ya lleva dos semanas de ronda por diferentes medios, en La Vanguardia y en RAC1, siendo tratada como una especie de estrella del neobarcelonismo, radica en la necesidad de disociar su imagen y responsabilidad de dos de los desastres comunicativos más destacados de la historia moderna del club. Uno, irreparable, fue la pésima ocurrencia de arrancar la campaña ‘Tornem a casa. Vibrem’ aunando en un vídeo delirante al Timaler del Bruch y a Joan Laporta para anunciar, con redoble de campanas mundialmente mediático, el regreso al Spotify para el 10 de agosto pasado coincidiendo con el Gamper.
Aún no se habían apagado los ecos de esa estrepitosa metedura de pata cuando desde el mismo prepotente y poderoso aparato denominado Barça Media 360 bajo su gobierno se lanzó otra ofensiva de alcance internacional con el nacimiento de un canal nuevo de streaming -al margen de Barça One- mediante el cual los socios y peñistas podrían seguir gratis al primer equipo en directo en los tres partidos de pretemporada y el Gamper y el resto de los millones de fans del Barça por el mundo suscribiéndose por una cantidad de entre 40 euros por un año o de 10 euros al mes. Un precio impagable como se demostró por el escaso número de abonados, al margen de que, como es sabido, el streaming de Paloma Mikadze se colapsó antes de empezar y para siempre en un estrepitoso fracaso que también dio la vuelta al mundo para vergüenza de la reputación digital del FC Barcelona.
Desde el club, para tapar y disimular el estridente ridículo de aquel episodio, se arbitró con carácter de urgencia la solución de emitir por el canal de YouTube del club en abierto y de forma gratuita esos partidos que iban a cambiar la dinámica y el negocio digital del Barça. La pretensión inicial de atraer, fidelizar y monetizar esos 400 millones de barcelonistas que habitan en las redes sociales azulgrana acabó en un sobrecoste, y cero retornos financieros, además del ridículo de dejarlos colgados y de inventarse la falsa excusa de un jaqueo de la señal para desviar la atención sobre Paloma Mikadze, única responsable corporativa de la catástrofe.
Colateralmente, el fallo garrafal en la estrategia de ese intento de giro en el negocio digital echó por el suelo cualquier posibilidad, al menos a ojos del auditor, Crowe, de apreciar el menor indicio de vida, esperanza o futuro de Barça Vision, definitivamente condenada a restar del patrimonio, en forma de pérdidas, el resto de su valor contable de 208 millones todavía pendientes de ajustar de la fallida y fantasma palanca de Barça Studios.
Para salvar el cuello de Paloma Mikadze, bajo la lupa después de esos dos destacados traspiés en su inigualable debut como líder de Barça Media 360 en apenas dos meses en el puesto, desde el negociado de comunicación se han tramitado sendos reportajes (La Vanguardia y RAC1) sobre dos presuntos éxitos con los que intentar compensarlos.
El streamig se colapsó
El primero, con un titular rimbombante publicado en la web oficial azulgrana sobre que “El Barça supera la FIFA y la NBA y alcanza 23,8 millones de suscripciones en YouTube”, después de registrar “cifras récord con la retransmisión del Trofeo Joan Gamper 2025” y de continuar ampliando su liderazgo digital con un hito histórico: 23,8 millones de suscriptores en YouTube. Esta cifra consolida la posición del Club como la primera cuenta de club deportivo del mundo en esta plataforma y supera también la FIFA (23,6 M) y a la NBA (23,3 M)”.
Es evidente, porque así lo explicaba la propia información, que sin la solución a la desesperada de pasar las emisiones de los cuatro amistosos de la pretemporada del equipo de Lamine Yamal por el canal de Youtube, ese subidón nunca se hubiera registrado de la misma forma que si la NBA o la FIFA emitieran en exclusiva y gratis por YouTube sus partidos alcanzarían cotas interestelares de suscriptores. Atribuirse el mérito de ese liderato asociado a la gestión digital no deja de ser, por tanto, otra maniobra de supervivencia con mucho porcentaje de engaño, de oportunismo y de drama por el fracaso de esa rentabilidad que iba a proporcionar la idea de vender la pretemporada del primer equipo en forma de suscripción gratis para socios y penyistes y de pago para el resto.
Paloma Mikadze no contó, desgraciadamente, con qué miles de aficionados se iban a conectar a la vez en un alarde de ineptitud tan estridente como en el segundo anclaje mediático propuesto y atado desde el área de comunicación para su lucimiento sobre la popularidad de Cat, la mascota sobre la cual dijo, a pesar de ser presentada como su ideóloga, que no sabía exactamente si llevaba uno o dos años trabajando en el proyecto. El colmo fue su respuesta a la pregunta sobre cuándo se iba a comercializar Cat como peluche: “No lo sabemos aún por qué es muy difícil conseguir un Cat en 3D”. Increíble.