La huelga indefinida de los socorristas de las playas de Barcelona, iniciada el 1 de agosto, ha acabado escalando hasta el pleno municipal. Los grupos de Junts per Barcelona, Barcelona en Comú, ERC y PP han registrado conjuntamente la petición de una sesión extraordinaria de la Comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda, con el objetivo de que el alcalde Jaume Collboni comparezca y dé explicaciones sobre la gestión del conflicto.
Los trabajadores reclaman un rediseño profundo del servicio de salvamento, un convenio propio, menos temporalidad y una temporada más amplia, además del reconocimiento de todas las funciones que realizan. Pese a cuatro reuniones de negociación con el Ayuntamiento y la empresa concesionaria, las conversaciones no han permitido desbloquear la situación.
La oposición acusa al gobierno socialista de «inoperancia» e «ineficacia» y le insta a asumir responsabilidades por la falta de acuerdo. Según los partidos, la respuesta municipal ha sido «tardía e insuficiente» y es necesaria una implicación directa del alcalde. Hasta ahora, la teniente de alcaldía Laia Bonet ha sido la encargada de pilotar las conversaciones, pero los sindicatos insisten en que Collboni debe tomar parte en primera persona.
Nueva licitación
El líder del PP en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, ha reclamado que se ponga fin a la prórroga del contrato actual y que se plantee una nueva licitación que garantice estabilidad laboral, más recursos y una cobertura de temporada más extensa. También ha exigido que la seguridad de los bañistas no quede comprometida en pleno verano, en un momento de máxima afluencia turística.
La crisis del socorrismo en Barcelona se ha convertido así en un frente político y social de primer orden, con presión sindical en las playas y presión política en el salón de plenos. La oposición reclama explicaciones urgentes, mientras los socorristas mantienen la protesta a la espera de una respuesta concreta que asegure mejoras estructurales en el servicio.