Koundé también se aprovechó de las urgencias del ‘fair play’ de Laporta

Aunque ya había llegado a un acuerdo semanas antes, su renovación se ejecutó la tarde del 15 de agosto en unas condiciones muy ventajosas, como las de Ansu Fati, Lenglet y Ter Stegen en su día, para rebajar la masa salarial

GRAFCAT308 BARCELONA 01/08/2022.- El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, presentó este mediodía al nuevo jugador del club azulgrana, Jules Kounde, en un acto celebrado en la Ciudad Deportiva Tito Vilanova de Sant Joan Despí (Barcelona). EFE/Enric Fontcuberta

El 15 de agosto pasado, a solo un día del debut del Barça en la Liga 2025-26, pasará a la historia negra del laportismo porque no le daba por inscribir ninguno de los dos fichajes estrellas del verano, Joan Garcia y Marcus Rashford. Desesperado, Joan Laporta había tramitado el día antes un aval urgente de 7 millones y estaba, por lo que respecta al alta de Joan Garcia, pendiente de que LaLiga estimara si la recuperación de Ter Stegen sería de cuatro o cinco meses, periodo en función del cual podía, proporcionalmente, gastar el 50% o el 80% de la ficha del portero alemán.

Como tampoco le llegaba para cumplir con el fair play, por estar excedido, Laporta tuvo que recurrir a un último recurso, o a dos exactamente: la maniobra Trincao tramitada por Jorge Mendes, consistente en el acuerdo de compra por parte del Sporting del 50% del delantero que un día fue del Barça para obtener la propiedad completa y el beneficio íntegro de una posible venta en la Premier, y, por otro lado, la renovación sorpresa de Jules Koundé.

Ambas informaciones aparecieron en la web azulgrana a primera hora de la noche, cuando en LaLiga todavía no figuraban en la lista de jugadores inscritos por el Barça para esta temporada ni Joan Garcia ni Marcus Rashford, pendientes de añadir al margen salarial mucha más madera, además de los casi 70 millones que ya acumulaba de traspasos, cesiones o salidas como la de Íñigo Martínez.

La razón para comunicarlo a LaLiga y registrar el nuevo contrato de Jules Koundé fue exclusivamente la de agarrarle a su carga de amortización y de salario unos millones valiosos y absolutamente necesarios para la inscripción de los dos refuerzos capitales del equipo de Hansi Flick, el entrenador que, unas horas antes, había dejado muy clara su insatisfacción por la situación de los inscritos.

Como Koundé había firmado en 2022 por cuatro años, hasta 2027, le quedaban dos años de contrato y dos quintas partes de su amortización de coste para el Barça, estimada en casi 35 millones. Al prorrogarse la tarde del viernes pasado su contrato hasta 2030, esta cifra quedó rebajada automáticamente a algo menos de 10 millones anuales.

Un alivio para la masa salarial que Laporta se guardaba en la manga desde hacía semanas después de llegar a un acuerdo con el futbolista y su agente, eso sí, con la potestad del presidente para hacerlo público y ejecutarlo cuando más le conviniera y en unas condiciones más que beneficiosas para el futbolista, que cobrará más en el tramo final del contrato cuando, por edad, es muy probable que su rendimiento haya bajado o ya no sea titular indiscutible –o casi– como ahora.

La renovación de Koundé fue otro de esos trucos financieros made in Laporta, utilizado en su día para sobrevalorar el valor y el rendimiento de Ansu Fati, también usado para rebajar la masa salarial con Lenglet y con Ter Stegen en 2023, en los tres casos con la misma dinámica de pan para el momento y precariedad y problemas financieros para el futuro.

Como resultado de aquellas renovaciones anticipadas y precipitadas –siempre a cambio de mejoras salariales a compensar en los años finales del acuerdo–, hoy el Barça no sabe cómo quitarse de encima a Ansu Fati, no tuvo más remedio que regalar Lenglet al Atlético de Madrid y no hay que comentar la compleja situación de Ter Stegen, con treinta y tres años, lesionado de larga duración y dos años más de contrato, hasta 2028, al que el Barça ha repudiado públicamente.

En 2030, Jules Koundé habrá cumplido los 30 años y será un peso pesado en la masa salarial azulgrana más allá de cuál pueda ser su situación y rendimiento de aquí a cinco años. Su caso es realmente único y excepcional, porque no es habitual, a los veintiséis años y con dos temporadas todavía de contrato con el Barça, que el club le haya firmado por cinco años para una posición de tanto desgaste.

No hay duda, en definitiva, de la base y de las circunstancias que han rodeado esta renovación precipitada del lateral francés para conseguir, en el momento que Laporta más lo necesitaba, un alivio en el exceso del fair play. Ninguna casualidad.

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