Barcelona ha conmemorado este domingo el octavo aniversario de los atentados del 17-A con un acto solemne en el llano de l’Óss de la Rambla, en el mosaico de Joan Miró, punto donde se detuvo la furgoneta tras el atropello masivo. El homenaje, convocado por el Ayuntamiento de Barcelona, ha sido de nuevo un acto sobrio y sin discursos, con protagonismo para las víctimas y los supervivientes, que han hecho la tradicional ofrenda floral tras un sentido minuto de silencio, mientras sonaba El canto de los pájaros.
En primera línea había familiares y personas que sobrevivieron a los ataques, que han sido los primeros en depositar flores, seguidos de representantes institucionales y de los cuerpos de seguridad y emergencia. La delegación institucional ha estado encabezada por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, acompañado por el presidente del Parlament, Josep Rull, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, la consellera de Interior, Núria Parlon, y el delegado del Gobierno de España en Cataluña, Carlos Prieto.
También han asistido representantes de los grupos municipales y parlamentarios, así como de los cuerpos policiales y de emergencias. En paralelo, una veintena de personas se han concentrado con pancartas críticas contra España, que exhibían mensajes como «estado español asesino» y «vergüenza», aunque la protesta se ha desarrollado en silencio y sin incidentes.
