A Laporta ya se le acumulan las trolas al socio en la asamblea y en el Senado

Semanas atrás afirmó que el Barça estaba en la regla 1:1, que podía inscribir a los fichajes y que Nico Williams estaba casi en el bote. En octubre pasado también dio por hecha la resurrección de Barça Vision, sociedad que ya ha sido liquidada y extinguida

Joan Laporta - Foto: FC Barcelona

Hace un mes, sobre el inicio de la Liga, la directiva azulgrana había admitido a los medios y especificado con detalle que si no salía bien la jugada de los asientos VIP, operación improvisada constructivamente, sujeta a malabares a los despachos del Ayuntamiento y que esté garantizado el cobro de los 42 millones o pendientes, no alcanzaría la norma 1:1 a mediados de agosto, momento en el que, sólo si le convalidan esos 100 millones de los que ahora cuelga la frágil y ruinosa economía del Barça, tendrían que despedir a Ter Stegen para liberar su salario y alguna otra venta más para poder inscribir a los dos porteros con los que cuenta Hansi Flick, Joan Garcia y Szczesny, además del delantero que persigue Deco. Después, ya se sabe, se tuvo que operar Ter Stegen.

Como, además, las expectativas reales de reabrir el estadio para el Gamper el 10 de agosto se hundieron porque todo era mera especulación para presionar al Ayuntamiento, la situación de fair play excedido en la que Joan Laporta vive desde hace tres años puede ser que se prolongue dramáticamente hasta el cierre del mercado el 1 de septiembre y quién sabe si más allá.

Mentiras sobre la regla 1:1

Es momento, pues, de recordar el discurso de Laporta en el Senado Blaugrana el 18 de junio pasado, cuando afirmó, sin dudas ni matices, que el FC Barcelona ya cumplía la regla 1:1 del fair play financiero, lo que según él le permitía inscribir jugadores con normalidad.

Laporta insistió entonces en que el club está «siguiendo todos los pasos» para operar sin estar intervenido económicamente y cumplir con los parámetros que exige LaLiga, mostrando la confianza de que podrán «fichar a los jugadores que queremos fichar, y luego inscribirlos». El presidente del Barça subrayó que la entidad «está en la situación 1-1 y eso nos permite fichar con normalidad».

Laporta evitó dar detalles de nombres específicos, pero reiteró que el club actuaba conforme a las reglas, aunque desde LaLiga y Javier Tebas «se han apuntado matices sobre la necesidad de culminar algunas operaciones» -como la venta de activos y la certificación de ingresos- para que la norma 1:1 sea plenamente reconocida. Ese día, hace ya poco más de un mes, Laporta confirmó el fichaje del portero Joan García, procedente del Espanyol, por 25 millones de euros, y anunció que el club estaba a punto de hacer otro fichaje «ilusionante», sin descubrir nombres, aunque apuntaba a Nico Williams.

Mentiras sobre el regreso al Camp Nou

También dio por hecho el regreso al Camp Nou para septiembre de 2025, con una primera capacidad de 60.000 espectadores e incrementándose progresivamente hasta 2026 con el partido del Gamper como prueba previa al regreso oficial.

Rebobinando, conviene recordar también los mensajes de la asamblea de octubre de 2024 en los que Laporta convenció a los socios para aprobar unas cuentas no validadas por el auditor, que pretendía imputar 208 millones de pérdidas por el deterioro de Barça Visió, marca de la sociedad Bridgeburg Invest. Laporta defendió públicamente el potencial de Barça Vision, presentándolo como una futura «mina de oro» y asegurando que «pronto será una de las principales fuentes de ingresos del club». Reconoció, sin embargo, que «Barça Vision no ha funcionado como prevemos, pero esta empresa necesita un proceso de maduración». Laporta justificó la valoración de la filial digital en 408 millones a pesar de los impagos de inversores y la enmienda del auditor, afirmando: «Esto es un negocio tecnológico muy difícil de valorar. Estamos tranquilos y muy pronto generará beneficios».

Ferran Oliveras, tesorero del club, admitió durante la asamblea que la situación financiera de Bridgeburg Invest era delicada, pero afirmó que el club estaba negociando la entrada de «dos nuevos inversores, que están en due diligence y uno de ellos sin cotizar», y remarcó que la última inversión (de Aramark) se hizo «teniendo en cuenta la tasación actual de la filial digital». Oliveras subrayó la importancia de cerrar al menos una de estas operaciones antes de enero para poder mantener el valor de la sociedad y aliviar la presión contable y financiera que supone la falta de cobro de los anteriores compradores de acciones.

No se ha cumplido, como era lógico y previsible, ninguna de esas promesas con las que Laporta volvió a engañar a los socios, que al auditor, motivo por el que Grant Thornton fue despedido y sustituido por Crowe.

Por el contrario, en otro desesperado intento por eludir el deterioro inevitable de esos 208 millones pendientes, lo que hizo Laporta hace unas semanas fue disolver o extinguir a Bridgeburg Invest, absorbida por Barça Produccions, ‘madre’ de la actividad audiovisual mediante una ridícula ampliación de capital de menos de 3.000 euros.

Estos son sólo algunos de los engaños y piruetas financieras con las que Laporta, a pesar del elevado porcentaje de mentiras, prácticamente del cien por cien, todavía tiene la prensa entretenida y convencida de su capacidad de gestión. Hay que ver si esta vez acierta la fecha de vuelta al Spotify tras acumular ya varios fracasos sonados desde hace ocho meses.

De momento, la directiva debió armar ayer un aval urgente para que las cuentas, por más que las cambie y las maree, a Laporta nunca le salen.

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