El BBVA admite que «no puede garantizar» todos los beneficios esperados en la opa al Banc Sabadell y reconoce también «incertidumbre» y «riesgos» en la operación e, incluso, en su eventual fracaso.
En una actualización a su folleto universal publicada en la CNMV al día siguiente de que el Sabadell aprobara la venta de la filial británica TSB y un macrodividendo histórico, el BBVA dice que está «revisando las sinergias de costes operativos y de financiación» de la opa.
El banco vasco afirma en el documento que «es posible que el grupo no concluya la oferta u otras operaciones en curso o futuras, en el momento oportuno», reiterando que de acuerdo con la ley puede «desistir» de la opa al Sabadell.
El BBVA mantiene que integrar el Sabadell «crea valor para los accionistas» pese a las condiciones impuestas por el Consejo de Ministros, que avisa de que «retrasarían la implementación de las sinergias derivadas de la fusión» -que debería aplazarse entre 3 y 5 años.
El precio de la acción y la reputación del BBVA
También alerta de la posibilidad de que el gobierno español no permitiera la fusión, lo que considera que haría «más difícil integrar las operaciones de BBVA y Banco Sabadell» y conllevaría un «mayor consumo de tiempo y recursos de los inicialmente previstos». «Al mismo tiempo, podría dificultar también aún más el hecho de poder actualizar los ahorros de costes y otras eficiencias operativas», apunta el BBVA.
La entidad también admite que si la opa no sale adelante, el precio de la acción del BBVA «podría verse afectado o ser objeto de fluctuaciones». El banco también avisa de que la imposibilidad de sacar adelante «podría afectar de forma negativa a la reputación del BBVA y generar reacciones adversas en inversores y clientes, así como afectar a la relación del BBVA con sus trabajadores y clientes».
