Guerra abierta entre los sindicatos y la Generalitat de Catalunya, al decidir esta última suprimir más de 400 plazas de técnicos y técnicas de integración social (TIS) en los centros educativos, escuelas e institutos de toda Cataluña. La mayoría, en el Barcelonès y en el Vallès Occidental, aunque la lista se amplía también al Penedès y a otros puntos de la geografía catalana.
El Departamento de Educación alega que se trata de «plazas de programa» y que, al acabar los dos años establecidos, éstas no pueden tener continuidad a consecuencia de la falta de fondos que venían de Europa y que ahora, por motivos que se ignoran, no llegarán. Hasta ahora, la financiación de este programa provenía de recursos del Fondo Social Europeo, en un 40%, y del Departamento de Educación y Formación Profesional, en el 60% restante.
Los técnicos y técnicas en integración social han puesto el grito en el cielo, ya que esta decisión afectará gravemente a la tarea social, educativa y de cohesión que se llevaba a cabo en los centros educativos. Se da la paradoja de que los más afectados, los que se quedarán sin esta figura primordial para el desarrollo de niños y adolescentes, serán escuelas e institutos donde la vulnerabilidad de su alumnado es muy elevada. Esto sucede especialmente en lugares como Sabadell, Terrassa, Badalona, L’Hospitalet de Llobregat o Santa Coloma de Gramenet.
El Gobierno catalán ha aprobado la creación de un nuevo programa de dos años con 300 nuevas plazas profesionales, distribuidas entre 60 de educación social y 240 de integración social, con la idea de que desaparezcan los TIS de los institutos y permanezcan sólo en los centros de primaria, siendo los educadores sociales los que tengan todo el peso en la secundaria.
Los sindicatos continúan con su presión, a pesar de las vacaciones escolares, y no se resignan a dejar que se pierdan más de 100 plazas, pidiendo que, de una vez por todas, estas plazas pasen a ser estables. Aseguran que este modelo no garantiza ni continuidad, ni estabilidad ni respuesta real a las necesidades de los centros educativos, ya que, al tratarse de programas temporales, se dificulta, no sólo su estabilidad, sino la tarea que se lleva a cabo en los centros educativos.















