Los socorristas de las playas de Barcelona, en huelga desde el 1 de agosto, han advertido de que la situación puede empeorar si no hay cambios inminentes. El presidente del Comité de Empresa, Jeremías Marchesi, ha pedido públicamente a la teniente de alcalde Laia Bonet que se reúna con ellos para encarar el conflicto laboral y garantizar la seguridad en las playas. Con varias torres de vigilancia cerradas, Marchesi alerta de que se generan zonas sin cobertura efectiva y que los tiempos de asistencia se pueden alargar en caso de emergencia.
Los trabajadores reclaman una ampliación de la plantilla y mejoras en la temporalidad del servicio y denuncian que ni la empresa concesionaria, FCC, ni el Ayuntamiento de Barcelona se han puesto en contacto para negociar una salida. Además, proponen cerrar algunas playas mientras dure la huelga, para concentrar los servicios mínimos allí donde se pueda garantizar una vigilancia completa, una propuesta rechazada por las autoridades municipales.
Mientras tanto, piden «máxima precaución» a los bañistas, especialmente en zonas sin vigilancia activa, y recomiendan acercarse a torres que sí están operativas. Como este domingo, en el que la torre 1, junto al Hotel W, se encuentra cerrada. La bandera amarilla ondea en las playas y se hacen avisos por megafonía para informar a los usuarios de la huelga en curso. Los socorristas reiteran que no quieren alargar la protesta, pero aseguran que resistirán mientras no haya voluntad política para resolver el conflicto.