El cartel de la Mercè enfrenta al Ayuntamiento con el Arzobispado

La Iglesia acusa el diseño de utilizar símbolos religiosos de manera ofensiva

Bluesky
El cartel de La Mercè 2025 (ACN)

El Arzobispado de Barcelona ha cargado con dureza contra el cartel oficial de la Mercè 2025, obra del artista Lluís Danés, a quien acusa de utilizar simbología religiosa de manera irreverente y ofensiva. La Iglesia considera que la obra banaliza la figura de la Virgen y critica que se haya escogido una representación que, según afirman, trivializa la iconografía mariana.

En particular, se han mostrado indignados con una figura femenina que lleva corona, manto y una aureola luminosa, elementos que recuerdan la estética de los retablos religiosos, y que en la versión audiovisual aparece con movimientos que consideran inapropiados. Según el comunicado, esto constituye una ofensa a los sentimientos religiosos y una muestra de desprecio hacia la dimensión espiritual de la fiesta.

El Arzobispado reprocha al Ayuntamiento que, a pesar de reivindicar la laicidad institucional, continúe incorporando elementos de referencia religiosa en actos o materiales oficiales, pero con un tratamiento que tildan de desconsiderado.

También recuerda que la fiesta de la Mercè tiene un origen religioso que no se puede borrar y pide que se restablezca la presencia oficial de la misa pontifical dentro del programa de fiestas, como reconocimiento a la tradición histórica y cultural de la ciudad.

El Ayuntamiento defiende la libertad creativa

Desde el consistorio, sin embargo, se rechazan las acusaciones. Fuentes municipales defienden la libertad creativa del autor y niegan que el cartel se haya inspirado en ninguna figura religiosa. La obra se presenta como una composición simbólica y onírica, que quiere evocar el espíritu popular, festivo y plural de Barcelona a través del imaginario del circo y la cultura ambulante. Según esta visión, no hay ninguna intención de ridiculizar creencias ni de hacer ninguna lectura espiritual, sino de construir una imagen libre y abierta de la fiesta mayor.

El conflicto vuelve a poner sobre la mesa la tensión latente entre la expresión artística, la tradición religiosa y el papel institucional de la cultura popular. Mientras la Iglesia reclama un reconocimiento explícito del componente religioso de la Mercè, el Ayuntamiento insiste en mantener una mirada laica, diversa y contemporánea. Todo ello en un contexto en el que la imagen pública y simbólica de las fiestas mayores sigue siendo un terreno de disputa entre valores patrimoniales, sensibilidades sociales y libertad creativa.

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