Con Franco y Huertas vivíamos mejor

Bluesky

Hace ahora cincuenta años, el periodista Josep Maria Huertas Claveria fue detenido por escribir la frase «un buen número de ‘meublés’ eran regentados por viudas de militares» en un artículo que había publicado un mes y medio antes en el diario Tele-eXpres sobre estos locales en Barcelona titulado «Vida erótica subterránea». Fue juzgado en un Consejo de Guerra militar que lo condenó a dos años de prisión. El dictador Francisco Franco murió en noviembre de ese año. Huertas salió de la cárcel poco después. Estuvo ocho meses entre rejas.

Yo lo había conocido poco antes. No sé cómo voy a convencelo para que nos viéramos un día en el Zurich. Le propuse que me hiciera el prólogo de un libro que había escrito sobre la gente que vivía y dormía en las calles de la ciudad. El libro era una filfa escrita por un joven sin criterio ni profesionalidad que creía que la culpa de la existencia de los sin techo era del franquismo. Lógicamente, Huertas no hizo el prólogo ni el libro se publicó en ningún sitio, pero desde entonces podría decir que nos hicimos amigos. Ser amigo suyo era complicado porque él lo era y, además, cada vez que nos cruzaban me llevaba una buena plantofada en el culo. Era su forma de expresar proximidad y mostrarse colega.

Antonio Franco también era de los que repartía cuelas para mostrar cariño. La última que recuerdo es la que me dio en la cara poco antes de comenzar la presentación de un libro a la que asistíamos ambos entre el público.

Con Huertas coincidimos en el Diari de Barcelona. Con Franco nunca estuvimos juntos en la misma redacción. Me hubiera gustado. A mí me tocó estar a las órdenes de Enric Sopena con quien hacíamos una especie de periodismo activista que supongo que a Franco le gustaba pero que consideraba excesivo.

Cuando digo que con Franco (Antonio) y Huertas vivíamos mejor hago una comparación con la expresión «Con Franco (Francisco) vivíamos mejor», que se refería a cómo era de claro oponerse a una dictadura y cómo los partidos y opciones de izquierda mostraban en esta lucha una unidad que no es nada habitual en la política actual. Lo que quiero decir es que Huertas y, sobre todo, Antonio Franco representan un periodismo que echa en falta hoy en Cataluña. Periodistas que pisen la calle y preocupados por la denuncia social seguidores del modelo Huertas todavía los hay. No abundan, pero los hay.

Lo que no hay es directores de diarios y medios valientes que se enfrenten al stablishment del poder político y mediático en Cataluña. En un acto en memoria de Antonio Franco, uno de los Pérez de Rozas (siempre me envolví con los nombres de estos hermanos) explicó una anécdota que me ha quedado grabada en la cabeza. Se ve que un día, Franco, cuando dirigía El Periódico, bajó a la redacción gritando gritos: «¿Qué collares hacéis? Hace un mes que no recibí ninguna queja ni ninguna amenaza de querella! ¿Se puede saber qué tipo de periodismo estamos haciendo?».

Franco era una de las pocas excepciones dentro del oasis periodístico catalán, donde no se podía criticar al líder Jordi Pujol y a su nacionalismo. Estoy convencido de que se habría hecho cruces al ver que una patum de TV3 como Toni Soler encontraba gracioso un mensaje que decía a X que «en Badia del Vallès hay menos catalanes que cocodrilos» y la esparcía por esta red. No se habría callado como han hecho todos los medios de comunicación catalanes salvo EL TRIÁNGULO ante este insulto y lo habría denunciado. También supongo que habría pedido una crónica del debate que hubo en el Pleno del Ayuntamiento de Badia sobre la reprobación del magnate del audiovisual, productor de los programas estrella de TV3 Polònia y Está pasando.

Me lo imagino bajando a la redacción y llamando: «¿Cómo es que no hemos publicado ni una raya de esta bestia? ¿Por quién trabajamos?».

Con Francisco Franco no vivíamos mejor. Bien cierto. Con Antonio Franco y Josep Maria Huertas el periodismo catalán era mejor.

(Visited 77 times, 1 visits today)

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario