Daniel Palau ha sido ordenado este sábado como nuevo obispo de Lleida en una ceremonia en la catedral nueva de la ciudad, la primera de este tipo que acoge la diócesis desde hace 57 años. El acto, con la presencia de centenares de fieles y autoridades como el cardenal Joan Josep Omella, el arzobispo Joan Planellas y el presidente del Parlament, Josep Rull, ha culminado con la toma de posesión del nuevo prelado, que ha afirmado que inicia su camino episcopal «con cierto nerviosismo pero con mucha esperanza». Palau ha subrayado el valor de la sencillez como camino preferido de Dios y se ha comprometido a acompañar a las personas en situación de vulnerabilidad.
Nacido en Barcelona en 1972 y sacerdote del obispado de Sant Feliu de Llobregat, Daniel Palau ha combinado la tarea pastoral con la investigación teológica y educativa. Formado en el Seminario Conciliar de Barcelona, es doctor en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y ha sido decano de la Facultad de Teología de Cataluña. Su trayectoria pastoral se ha desarrollado en parroquias como Corbera de Llobregat y La Palma de Cervelló, con una especial atención a la inmigración, la cultura y la piedad popular. El papa Francisco le nombró obispo el 21 de mayo, en sustitución de Salvador Giménez, que se jubila.
Con 98 parroquias y 17 comunidades de Vida Consagrada, la diócesis de Lleida tiene raíces en el siglo V e incluye territorios de el Segrià, la Noguera, el Pla d’Urgell, les Garrigues, l’Alta Ribagorça y el Pallars Jussà. La última ordenación de un obispo en Lleida había sido la de Ramon Malla en 1968. Palacio se convierte así en el primer obispo ordenado en la ciudad tras décadas de prelados que ya llegaban como obispos de otras diócesis.