El Ayuntamiento de Barcelona y el Puerto de Barcelona han firmado un protocolo para reducir las terminales de cruceros de siete a cinco antes del año 2023 y mejorar la movilidad. En concreto, se prevé el desmantelamiento de las tres terminales más antiguas del Muelle Adosado (A, B y C) y la construcción de una nueva donde ahora está la C.
La nueva terminal será la única pública, por lo que será abierta al uso general. Podrá atender a 7.000 pasajeros a la vez y priorizará cruceros que sean de puerto base y los barcos pequeños.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha asegurado que con esta decisión, presentada este jueves, «por primera vez en la historia Barcelona pone límites a los cruceros». Collboni, además, ha avanzado que disminuirá un 16% la capacidad máxima de la infraestructura dedicada a cruceros, pasando de 37.000 a 31.000 pasajeros máximos al día.
A finales de 2026 se cerrará la actual terminal del World Trade Center Barcelona y se eliminará la C. En 2028 será el turno de la A y la B. La previsión es acabar las obras de la nueva terminal C en 2030. El plan también incluye mejoras en la movilidad alrededor del puerto, de Montjuïc y de la Zona Franca.

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