Claro que viene el lobo. ¿Que no lo veis?

Bluesky

Este sábado iba hacia Radio 4 para participar en la tertulia del programa Són 4 dies y recibí el mensaje de un amigo. Le comenté en broma que iba a defender a Pedro Sánchez y me dijo que, en cualquier caso, no utilizara la técnica del «y tú más» y «que viene el lobo». Le dije que le haría caso con respecto al «y tú más» pero que el lobo viene y que hay que señalarlo antes de que se nos coma.

De hecho, no es que el lobo venga, ya hace tiempo que corre entre nosotros. Y hace mucho daño. Se come derechos por allí donde pasa y son testigos los ciudadanos de las comunidades y ayuntamientos donde el PP accedió al poder gracias al apoyo de Vox en las últimas elecciones locales y autonómicas. En ocasiones, el lobo no lleva la marca Vox dibujada en el lomo pero como si la llevara. Es el caso de la Comunidad Autónoma de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso, con una mayoría absoluta popular que cuesta de entender pero que es real.

¿No habéis visto a la señora presidenta reírle las gracis a Javier Milei? ¿No la habéis visto marchándose de un encuentro de presidentes autonómicos porque el presidente del País Vasco hablaba en euskera y el de Cataluña, en catalán? ¿No habéis visto los gobiernos municipales y autonómicos del PP y Vox anular las leyes de memoria histórica y sustituirlas por otras que ponen al mismo nivel a los golpistas de Franco y a los demócratas republicanos? ¿No habéis visto al señor Abascal abrazándose con Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría que prohibió la celebración del Día del Orgullo Gay en su país? ¿No habéis visto como esta derecha con piel de lobo se oponía sistemáticamente a todas las medidas impulsadas por el gobierno de Pedro Sánchez para mejorar las condiciones de vida y trabajo de los ciudadanos?

¿Tendríamos el aumento del Salario Mínimo Interprofesional que está en vigor ahora si mandaran Feijóo y Abascal del bracito? ¿Habrían aumentado las pensiones tal y como lo han hecho si estuvieran ellos en el gobierno? ¿Les habría pasado por la cabeza que quizás sería una buena idea que la jornada laboral se redujera a 37 horas y media como quieren PSOE y Sumar? ¿Cómo tendríamos el escenario político catalán con gente en un gobierno de derechas partidaria de ilegalizar a los partidos que defienden la independencia de Cataluña o el País Vasco? La posición de España ante el genocidio de los palestinos, ¿cuál sería? ¿Qué tratamiento recibirían los inmigrantes y los menores no acompañados que llegan a nuestro país?

No se trata de ponerse una pinza en la nariz para votar a los partidos que forman el gobierno de progreso actual. Ni siquiera se trata de discutir ahora a quién se votará cuando haya elecciones. Se trata de detener la ola ultraderechista que se esparce por todo el mundo. Y poner nuestro grano de arena. A todos los niveles y con todas nuestras fuerzas. Donald Trump no ganó porque tuviera muchos más votos en 2024 que en 2016. Lo hizo porque muchos votantes demócratas que habían votado a Joe Biden no lo hicieron por Kamala Harris. Mucha gente que no votó en el referéndum del Brexit ahora lo haría para que Gran Bretaña se reincorporara a la Unión Europea.

Hay que estar al lado de los más vulnerables siempre, no sólo cuando hay elecciones. Y cuando las hay, hay que usar el voto para detener a los lobos que quieren alejar a los ciudadanos de la democracia para beneficiar a sus amos, a los ricos, a los multimillonarios que los alimentan. Hacerlo no quiere decir renunciar a la crítica de los errores y desacuerdos que tengamos con los partidos progresistas pero las pinzas no debemos ponérnoslas en nuestra nariz sino en la boca de esos lobos que amenazan la convivencia y siembran el odio y la injustícia.

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