Koldo Ortega Monasterio, nieto de Josep Lluís Ortega Monasterio, ha calificado como «una victoria del pueblo catalán y contra las culturas exageradas de la cancelación» el hecho de que la habanera ‘El meu avi’ sonara finalmente en la Cantada d’Havaneres de Calella de Palafrugell a pesar de haber sido retirada del programa. La reacción del público, con silbidos y pañueladas, forzó a los cuatro grupos participantes a interpretarla para concluir el acto, manteniendo así una tradición de 48 años. En un comunicado, la familia ha agradecido el apoyo recibido y ha afirmado que la movilización ha evitado «un atentado cultural y contra derechos fundamentales como la libertad de expresión y la presunción de inocencia».
Los descendientes de Ortega Monasterio han cargado contra el documental ‘Murs de silenci’, donde se vincula al compositor con una red de explotación sexual de menores, y han recordado que tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo le «declararon inocente». Consideran que la emisión «llenó de sombras su figura» omitiendo las sentencias y sin contactar con la familia. Han anunciado una querella judicial y reclaman una indemnización de un millón de euros. La victoria simbólica en Calella les da, según dicen, «más energía para continuar la batalla judicial».
En paralelo, la formación política Alhora ha criticado que la Policía Local identificara a miembros de su organización para repartir folletos con la letra de la habanera y estudian denunciar al Ayuntamiento de Palafrugell por «persecución política». La alcaldesa, Laura Millán, ha defendido que no se censuró ninguna canción y que los grupos tenían libertad para elegir el repertorio. Ha abierto la puerta a recuperar la figura del director artístico para evitar polémicas futuras y ha afirmado que «la justicia hará su camino».