«Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea de unos galos irreductibles resiste todavía y siempre al invasor». Así empiezan todos los cómics de Astérix.
«Estamos en el año 2025 después de Jesucristo. Toda Europa está ocupada por gobierno conservadores… ¿Toda? ¡No! Un país de españoles irreductibles resiste todavía y siempre al invasor». Así podrían empezar los cómics que traten de los gobiernos progresistas presididos por Pedro Sánchez.
Los galos resisten los ataques y los esfuerzos de los romanos por hacerse con el control de su pueblo gracias a una poción mágica que prepara el druida Panorámix.
Los progresistas que gobiernan España no tienen ninguna poción mágica para hacer frente a las embestidas de la derecha. Casi es un misterio como resisten los ataques que sufren por tierra, mar y aire, desde los medios económicos, mediáticos, políticos y judiciales.
La derecha española y la ultraderecha que va del bracito con ellos están desesperadas ante la resistencia del gobierno progresista, como lo estaba Juli César al ver que sus poderosas tropas no conseguían nunca derrotar a los galos irreductibles.
Uno tras otro, los conservadores más o menos radicales se han ido haciendo con el gobierno de todos los países europeos. El último en caer ha sido el de Portugal. Sólo Dinamarca y la pequeña Malta mantienen gobiernos presididos por dirigentes de partidos de izquierdas. Y el de Dinamarca es un batiburrillo que incluye un poco a todo el mundo para dejar al margen a la ultraderecha más radical.
¡Qué lejos quedan aquellos tiempos donde países como Francia, Alemania o Italia tenían gobiernos de izquierdas! ¿Volverán? La cuestión ahora es saber si el español resistirá la presión para que pase también al bando del mal. Los partidos progresistas de los diferentes países europeos contemplan con admiración cómo el gobierno de Pedro Sánchez le dice a Benjamin Netanyahu que ya basta matar niños con bombas o de hambre y a Donald Trump que no puede poner en peligro el estado del bienestar en España para elevar el gasto militar hasta el 5% del PIB.
Los cuentos de Astérix siempre acaban con todo el pueblo galo reunido de noche celebrando una gran fiesta y con un buen atracón de comida bajo un cielo estrellado.
La próxima aventura de los galos que no se rinden nunca se publicará el 25 de octubre y se titulará «Astérix y Obélix visitan Lusitania». Si lo hicieran ahora se encontrarían con un Portugal gobernado por la derecha después de que el primer ministro socialista, António Costa, dimitiera a raíz de una injusta acusación judicial.
La derecha española y sus colegas europeos salivean confiando repetir en España la jugada que les funcionó en Lusitania.
¿Se saldrán con la suya?
