¿Por qué el Gamper es ahora más prioritario que la Liga para Laporta?

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El vehicle amb què el Barça ha reproduit als carrers de Barcelona el soroll del Camp Nou - Foto: FC Barcelona

De un lado, la directiva azulgrana ha lanzado una campaña de ruido -nunca mejor dicho- previa al regreso al Spotify en vísperas del anuncio oficial y definitivo de la fecha de reapertura del estadio, fijada para el 10 de agosto próximo, coincidiendo con la celebración del Trofeo Joan Gamper. Un vehículo cargado con altavoces ha recorrido las calles más céntricas de Barcelona reproduciendo el rugido de las gradas a modo de reclamo para la ocasión.

En paralelo, la directiva del Barça ha ido filtrando detalles de un evento previsto inicialmente para hace nueve meses que, no obstante, solo Joan Laporta ha matizado en declaraciones al paso con la frase prudente «… si no hay imponderables», mientras la prensa del régimen, por el contrario, ha pasado de anunciar un Gamper con 25.000 espectadores a la posibilidad de que, si todo va bien, ya pueda estrenarse con 60.000 espectadores, el aforo previsto para la temporada regular 2025-26.

Y, finalmente, están las voces que dudan de la compatibilidad de las obras y de su avance previsto para una vuelta al estadio el 10 de agosto y mucho menos en unas condiciones que permitan el uso de las instalaciones de forma mínimamente masivas. Entre ellas, por ejemplo, el socio Josep Maria Minguella, quien, tras visitar las obras en la reciente convocatoria del Senado Blaugrana, ha afirmado que jugar el Gamper lo descartan los propios trabajadores y técnicos. Otro socio conocido, Xavier Vilajoana, exdirectivo con Josep Maria Bartomeu y actual presidente de los promotores y constructores de Cataluña, sostiene que «ahora mismo hacer una actividad para 60.000 personas se me antoja, como poco, complicada. Lo veo casi imposible».

Si se analiza con cierta objetividad, no tiene sentido que el propio Laporta haya solicitado a LaLiga jugar los tres primeros partidos de la Liga que viene fuera de casa y, al mismo tiempo, autorice un gasto extra considerable para acelerar la celebración del Gamper en el estadio dos meses antes de estrenarlo en una competición oficial.

¿Puede que sea el compromiso firmado con los patrocinadores del Gamper la causa de que, sí o sí, el Gamper deba disputarse en un estadio con un determinado aforo? Lo cierto es que en las fechas previstas Montjuic no está disponible.

Y otra cuestión sin respuesta por ahora radica en saber a qué público barcelonista se invitará a esta première, teniendo en cuenta que el Gamper y la Supercopa de España siempre han sido de pago para los socios y carne de turistas.

Como todos los mensajes y el relato feliz del laportismo en esta precisa coyuntura, su contenido encaja más con aquello que los socios y el barcelonismo quieren escuchar que con la realidad y las verdaderas razones para forzar un partido como el Gamper que, si se acaba jugando, debería cumplir con las expectativas presupuestarias de cada verano. El torneo dejó 5 millones en el verano de 2022 (Spotify) y 2,3 millones y 3 millones, respectivamente, en Montjuic en las dos últimas ediciones, los años 2023 y 2024. Como siempre, sombras, dudas y sospechas de que nadie en el Barça dice del todo la verdad.

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