El Museo del Arte Prohibido de Barcelona cerrará sus puertas este viernes solo un año y medio después de inaugurarse. Así lo ha anunciado su impulsor, Tatxo Benet, que ha afirmado que se trata de una clausura no deseada de la que ha culpado a los trabajadores, en huelga desde finales del mes de febrero.
«Durante este tiempo, las coacciones e injurias derivadas de esta contingencia han afectado al funcionamiento habitual del equipamiento y las pérdidas son insostenibles», detallan desde el museo en un comunicado. El sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT) inició la huelga indefinida debido a las condiciones laborales de la plantilla del museo, la cual ha denunciado reiteradamente la falta de descansos adecuados, salarios insuficientes, imposición de vacaciones y vulneraciones del convenio colectivo.
Benet, propietario del Museo del Arte Prohibido y CEO de Mediapro, lejos de solucionar el conflicto laboral, ha responsabilizado a los trabajadores del cierre y ha atribuido al sindicato SUT las pérdidas que, según él, han provocado las protestas frente al edificio en los últimos cuatro meses. Según la plantilla, sin embargo, la mayoría de los visitantes del museo les han apoyado y se han negado a entrar al conocer la situación de los trabajadores.
Ahora, el Museo del Arte Prohibido se convertirá en una colección nómada con exposiciones itinerantes en todo el mundo, «una colección que se mantendrá viva y será un punto de encuentro para plantar cara a la censura», precisan los impulsores.