La dimisión de Santos Cerdán, su principal interlocutor socialista, ha dejado descolocado al expresidente Carles Puigdemont, que mata las horas en su residencia de Waterloo esperando a que le llegue la amnistía. Además, tiene miedo de las confidencias sobre sus conversaciones privadas que Santos Cerdán pudiera haber hecho a su hombre de confianza, Koldo García, que, como se ha podido constatar, decidió registrarlo todo.
A la espera de que se aclare el turbio panorama político que hay en Madrid, Carles Puigdemont ha decidido guardar silencio. Eso sí, ha tenido tiempo para recibir una delegación del partido canario Agrupación Herreña Independiente (AHI), encabezada por el senador Javier Armas. Este partido reclama que el futuro parque nacional marítimo Mar de las Calmas –actualmente, en tramitación– sea gestionado directamente por el Cabildo de El Hierro, en contra del criterio del Organismo Autónomo de Parques Nacionales.
Según han explicado desde AHI, el expresidente de la Generalitat ha apoyado su reivindicación y ahora están negociando lo mismo con el PNV. Paradójicamente, AHI se posicionó duramente contra la aprobación de la ley de amnistía.
