El exjefe de la División de Contraterrorismo en Girona y actual secretario general del CNI, Luis García Terán, ha afirmado ante la comisión de investigación del Congreso sobre el 17-A que el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, «nunca informó de nada de interés ni colaboró con el CNI».
En todo caso, ha admitido que agentes del CNI habían mantenido «contactos telefónicos esporádicos» con el imán y cerebro de los atentados en Cataluña de 2017, y «en algún caso se habría podido producir alguna reunión», pero la información que aportaba no tenía «nada ni algo de interés». «Por eso no hay ninguna documentación que refleje estos contactos», ha añadido.
Según Terán, Es Satty no cumplía ninguna de las características para convertirse en informador del CNI: «No fue colaborador ni se le pagó dinero, porque nunca dio información, y nunca mantuvimos una relación de activo o no activo con él». Eso sí, ha admitido que el CNI se interesó en él en un contexto de amenaza terrorista, porque quería tener «posibilidades de obtener información como fuera».
García Terán también ha afirmado que los servicios secretos españoles fueron incapaces de anticipar los atentados porque «con la información recopilada en aquel momento no había forma de establecer una relación causa-efecto que pudiera haber evitado estos ataques». «Ni las actividades de Es Satty, ni las del resto de miembros de la célula llamaron la atención de ninguno de los organismos implicados en la lucha antiterrorista», ha asegurado, «precisamente porque era lo que intentaban conseguir».