Cerca de 300 agentes de los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional, policías locales y seguridad privada han participado en una nueva actuación del dispositivo ‘Kanpai’ para combatir la multirreincidencia en la red de metro y en la estación de Francia de Barcelona. El control, liderado por el Área Regional de Transporte Urbano (ARTU) de los Mossos, se ha centrado en detectar delincuentes persistentes, armas y sustancias estupefacientes, con el objetivo de reducir la sensación de inseguridad y limitar la impunidad de los infractores habituales.
La actuación, la sexta del plan especial, se ha desplegado simultáneamente en estaciones de ocho municipios del área metropolitana, incluida Barcelona, y ha combinado controles de títulos de transporte, registros y seguimiento por cámaras. En La Sagrera, por ejemplo, se intervinieron sprays de pimienta, un destornillador oculto y pequeñas dosis de drogas. Según el jefe de la ARTU, Eugeni Tarjuelo, la finalidad es “poner en dificultades a los profesionales de la delincuencia” sin recurrir a identificaciones indiscriminadas.
En la estación de Francia, el foco se ha puesto en autocares con destinos considerados «zonas calientes», como Marsella, donde se realizaron inspecciones con la Unidad Canina. El subinspector Sergi Muñoz ha detallado que se controlaban equipajes de manera selectiva. En los cinco dispositivos ‘Kanpai’ anteriores, se han registrado cerca de 300 detenciones, con una media de siete antecedentes por detenido, según datos facilitados por los Mossos d’Esquadra.
