El presidente Salvador Illa se ha erigido en el gran triunfador de la enquistada polémica que rodeaba el proyecto de ampliación del aeropuerto de El Prat. Con la presentación del acuerdo alcanzado entre la Generalitat, el Gobierno central y AENA, Illa ha conseguido cortar el nudo gordiano.
La pista sur se ampliará hasta 3.160 metros, lo que afectará a una parte de la laguna de La Ricarda, 440 metros, y, en la otra punta, la de El Remolar, 60 metros. De esta manera, se podrá preservar la lámina de agua de la Ricarda que estaba amenazada con desaparición en el anterior proyecto que se había divulgado–, a la vez que los aviones intercontinentales con destino a Asia y a América podrán incrementar el número de operaciones.
Los estamentos empresariales (Foment, Pimec, Cámara de Comercio…) han aplaudido con las orejas el coraje y el acierto de Salvador Illa. Por su parte, los contrarios a la ampliación del aeropuerto –Comuns y los ecologistas– esperan jugar sus cartas en Bruselas.
Y es que la Ricarda y El Remolar son zonas protegidas por la Red Natura 2000 y reservas ZEPA para las aves. La evaluación ambiental que haga la Comisión Europea será decisiva para saber si el proyecto sale adelante.