La intención del presidente del Barça, Joan Laporta, como hizo el año pasado, implica ocultar a los socios el cierre formal del ejercicio económico 2024-25 al menos hasta septiembre, cuando ya no tendrá más remedio que consensuar -o no- con su nuevo auditor, Crowe, un balance de resultados previo a la convocatoria de la asamblea ordinaria, cuyo límite de celebración es el 30 de octubre.
De los temas espinosos a resolver entre junta y auditor, uno de los más irritantes y peligrosos para ambas partes es la maniobra de camuflaje que Laporta intenta desesperadamente para diluir o evitar la depreciación a cero euros de Bridgeburg Invest, la sociedad gestora de los 408 millones de valor en libros que llegó a alcanzar como resultado de la venta de Barça Studios, después de haber cedido un primer 49% de su paquete accionarial a diferentes inversores por 200 millones en 2022 y, posteriormente, registrar en el balance, por su valor de equivalencia, un ingreso neto de 208 millones en 2023. Todo ello pese a la ausencia de facturación, actividad comercial o industrial ni, por descontado, beneficios.
Tras la vergonzosa e incomprensible colaboración en este montaje financiero completamente falso del anterior auditor, Grant Thornton, en la liquidación del ejercicio 2023-24, rectificó su criterio tras sentirse engañado por Laporta, obligándolo a descontar 145 millones por los impagos en el proceso de capitalización y los 208 millones de su depreciación derivada del rotundo fracaso de su explotación bajo la marca comercial de Barça Vision.
Ahora, un año más tarde, y tras el despido del auditor porque ya no se creyó los embustes de Laporta, el engorroso asunto está sobre la mesa de Crowe, que, además, arrastra la aprobación de unas cuentas en octubre pasado con una reserva de Grant Thornton avisando de que la formulación de las cuentas presentadas por la directiva a los socios no reflejaba la situación real de los estados financieros del FC Barcelona.
Al nuevo auditor, Laporta lo ha contratado, según circula en los medios especializados, condicionado a que se crea el cuento que le ha preparado para evitar, después de 365 días más sin haber vendido ni una sola escoba ni haber entrado ni un solo euro para la refinanciación de Bridgeburg Invest (Barça Vision). La idea es fusionar Bridgeburg Invest dentro de Barça Media, el brazo responsable de la explotación del área audiovisual, buscando “simplificar la estructura y potenciar la explotación transversal de los activos digitales y audiovisuales, con la esperanza de generar sinergias y nuevas fuentes de ingresos a medio plazo”.
El nuevo plan del presidente
En resumen, como el plan de negocio de Barça Vision no ha arrancado ni a la de tres, Laporta ha propuesto a los accionistas que acepten redirigir su inversión prevista para el negocio digital de las nuevas tecnologías, que debía ser una “mina de oro” según el presidente, al departamento centralizado de la actividad audiovisual y digital bajo el ala de Barça Media. De su vaga actividad puede interpretarse que abarca los contenidos para las redes sociales, los documentales y la producción del streaming de Barça One, bastante mermada y limitada desde el cierre de Barça TV.
No hay ninguna noticia, por el contrario, sobre el hecho de que Barça Media haya generado beneficios ni que, en el mejor de los casos, su volumen financiero, en gastos, supere los 30 millones, ya que básicamente su trabajo es de servicio y apoyo a la expansión del Barça en las redes sociales y de apoyo a las áreas de marketing, comercial y comunicación. La absorción de Bridgeburg Invest supone, de hecho, cargar con un muerto que, a efectos prácticos, como pretende Laporta, convenza al auditor de que gracias a este nuevo enfoque podrían resucitar los ingresos derivados del Metaverso, los NFTs y la Web 3.0, ámbitos hasta ahora de probada esterilidad comercial, y así darle otra oportunidad a lo largo del próximo curso.
El caso es que, como demostración de que la célebre palanca de Barça Studios fue un engaño desde el principio, cuando Laporta sometió a la asamblea, en 2021, que la autorizaran a capitalizar Barça Produccions, S.L.U., la propuesta especificaba que Barça Studios, objeto de la venta, se dedicaba “exclusivamente a la producción, comercialización y difusión de contenidos audiovisuales”.
El lío de Bridgeburg Invest
Al cabo de un año y con carácter de urgencia, Laporta tuvo que inventarse Bridgeburg Invest, S.L., constituida el 7 de junio de 2022 con el objetivo de participar en la gestión y control de otras empresas y sociedades, así como la adquisición, tenencia y explotación de bienes inmuebles. Sin embargo, justo un mes y medio después, el 27 de julio de 2022, la sociedad modificó su objeto social para centrarse en la tenencia, desarrollo, gestión y explotación de contenidos digitales, especialmente vinculados al Metaverso y al negocio de los tokens fungibles y no fungibles (NFTs) del FC Barcelona.
Este cambio alineó la actividad de Bridgeburg con la estrategia digital y audiovisual del club, integrando proyectos Web3, NFTs y fan tokens. Originalmente, sin embargo, Bridgeburg Invest era una filial al 100% de Barça Produccions, S.L.U., sociedad también creada en 2021 para gestionar los activos audiovisuales del club.
A partir de julio y agosto de 2022, Barça Produccions vendió el 49% de Bridgeburg en dos operaciones: un 24,5% a Socios Deportes Services (luego transferido a Blaugrana Invest S.à.r.l.) y otro 24,5% a Orpheus Media, ambas por 100 millones de euros cada una. Estas ventas fueron aprobadas por la Asamblea General de Socios en octubre de 2022, en el marco de las llamadas “palancas” para obtener liquidez inmediata, cumplir con las exigencias de LaLiga e intentar equilibrar la situación financiera del club.
Posteriormente, en agosto de 2023, parte de estas participaciones fueron transferidas a nuevos socios, como Libero Football Finance AG y Vestigia Holding Ltd, y, en abril de 2024, Vestigia transmitió parte de sus acciones a Hellgas Holdings Ltd. Además, Barça Produccions recompró un 2,4% del capital en abril de 2024 por 10 millones de euros, y en agosto de 2024, Aramark Servicios de Catering adquirió un 6,14% de Bridgeburg.
En agosto de 2023, el club alcanzó un acuerdo con Mountain & Co. I Acquisition Corp. para combinar las actividades de Bridgeburg y Barça Producciones y cotizar en el Nasdaq, lo que habría supuesto una importante inyección de capital y visibilidad internacional. Sin embargo, en junio de 2024, el club canceló esta operación, lo que supuso un golpe a las expectativas de monetización rápida del negocio digital, además de un reguero de gastos nunca explicados ni detallados a consultoras extranjeras que garantizaban el éxito de la operación bursátil y a otras que iban a conseguir nuevos inversores para Bridgeburg Invest.
Finalmente, en febrero de 2025, Laporta inició el proceso de fusión por absorción de Bridgeburg Invest (comercialmente Barça Vision) dentro de Barça Media (antigua Barça Produccions), con el objetivo de simplificar la estructura y concentrar todos los activos digitales y audiovisuales bajo un único paraguas societario, incluyendo el negocio de Metaverso, Web3, NFTs, fan tokens, calendario de pagos y personal.
El engaño de Laporta
Primero, Laporta engañó a los socios, que aprobaron sólo la venta del negocio audiovisual, y luego quiso separar expresamente el negocio digital del audiovisual -porque la vía Barça Vision tenía que ser la bomba- para acabar escondiendo su estrepitoso fiasco bajo la misma matriz del falso montaje original de un truco financiero sucio y lamentable que ya provocó la huida de Ernst & Young., el despido de Grant Thornton y que ahora ya empieza a salpicar a Crowe. En realidad, la operación sólo buscaba ganar tiempo y que LaLiga autorizara los fichajes del verano de 2022: Lewandowski, Raphinha y Koundé, entre otros.
Al nuevo auditor le espera una delicada y comprometida situación, ya que la decisión, sea cual sea, provocará un impacto mediático que indudablemente afectará a su prestigio y reconocimiento profesional en un sector especialmente sensible. Crowe ya ha dejado una vez a Laporta en la estacada negándole los fundamentos de la venta de los asientos VIP, según explica la directiva, a falta de que Limaklos fije al cemento de las gradas antes de este final de mes, lo que supondría ingresos netos de 100 millones.
Un poco infantil el argumento, tanto como esta fusión accionarial de Bridgeburg Invest que no aclara qué pasa con esos 208 millones pendientes de anotar en pérdidas según el anterior auditor. Crowe ya tiene que haber asumido que Laporta juega con fuego con demasiada osadía, frecuencia y frivolidad.